La campaña consiste en evaluar el estado reproductivo de la merluza negra (Dissostichus eleginoides) en el área del talud entre los 37° y los 41° de latitud sur, realizándose la misma en el B/P Argenova XIV.
Las actividades se encuadran en el estudio de la estructura poblacional de merluza negra alrededor del cono sur de América, iniciado en el “Programa de Pesquerías de Peces Demersales Australes y Subantárticos” del Instituto, donde además se tomarán muestras de músculo y otolitos de la especie para el análisis de isótopos estables.
El personal del INIDEP se acercó al Puerto de Rosales, lindero a la ciudad de Bahía Blanca, para otorgar el material necesario al asistente de investigación pesquera proveniente de Tierra del Fuego, donde además se lo capacitó en la toma y conservación de las muestras de gónadas y músculos.
La merluza negra argentina, conocida científicamente como Dissostichus eleginoides, es una especie de pez que se encuentra en las aguas frías del océano Atlántico sur, incluyendo las zonas cercanas a Argentina, Chile, las Islas Malvinas y otros territorios del Atlántico Sur. Es uno de los peces más valiosos y apreciados en la pesca comercial debido a su sabor y textura.
La merluza negra es un pez de gran tamaño y puede alcanzar longitudes de hasta 2 metros y pesos de más de 100 kg. Tiene una coloración oscura en la parte superior de su cuerpo, de ahí su nombre común de «merluza negra». Es una especie de crecimiento lento y larga vida, lo que la hace vulnerable a la sobreexplotación pesquera, por lo que medidas de administración de la especie llevan adelante un estricto control de las tallas juveniles, por lo que se considera adulta, después de los 65cm de longitud.
Debido a su importancia económica y a la necesidad de garantizar su sostenibilidad, la pesca de la merluza negra argentina está regulada por normativas y cuotas establecidas por los gobiernos y organismos pesqueros. Estas medidas tienen como objetivo proteger las poblaciones de merluza negra y asegurar su conservación a largo plazo.
Para asegurar su conservación y la sostenibilidad de su pesquería, se han implementado una serie de medidas de conservación. Estas medidas incluyen:
- Cuotas de pesca: Se establecen límites anuales de captura para evitar la sobreexplotación de la especie. Estas cuotas se asignan a través de un sistema de administración y control.
- Tallas mínimas: Se establece una talla mínima de captura para garantizar que los ejemplares tengan la oportunidad de reproducirse antes de ser capturados. Esto ayuda a proteger a los individuos jóvenes y asegura la continuidad de la población.
- Cierre de áreas de pesca: Se han establecido áreas de prohibición de pesca para proteger las áreas de reproducción y alimentación de la merluza negra. Estas áreas son designadas como reservas marinas y su acceso está restringido para evitar la interferencia humana.
- Observadores a bordo: Se requiere la presencia de observadores a bordo de los barcos pesqueros para monitorear las capturas y garantizar el cumplimiento de las regulaciones. Los observadores recopilan datos importantes sobre la pesquería y ayudan a prevenir la pesca ilegal.
- Documentación y trazabilidad: Se exige un estricto sistema de documentación y trazabilidad para controlar y rastrear las capturas desde el punto de extracción hasta el punto de venta. Esto ayuda a prevenir la pesca ilegal y garantiza la legalidad y la sostenibilidad de los productos pesqueros.
- Investigación científica: Se llevan a cabo estudios científicos para monitorear la población de merluza negra, evaluar el estado de la pesquería y determinar las medidas necesarias de conservación. La investigación proporciona información actualizada y fundamentada para la toma de decisiones.
Estas son solo algunas de las medidas de conservación implementadas para proteger la merluza negra argentina. Es importante destacar que la cooperación entre los pescadores, las autoridades y los científicos es esencial para garantizar la sostenibilidad de la especie y preservar los ecosistemas marinos en los que habita.