La industria pesquera extractiva enfrenta un 2025 crítico: caída en desembarques, presión fiscal asfixiante y un esquema de distribución desigual que golpea su sustentabilidad. Mientras la merluza y el langostino patagónico enfrentan escenarios de rentabilidad cuestionable, la incertidumbre en alta mar refleja una crisis que se profundiza en tierra firme.