A pesar de la autorización para la pesca de langostino en aguas nacionales, persisten grandes desafíos en el sector pesquero. La disociación entre la apertura administrativa y la disponibilidad del recurso, junto con las tensiones económicas y laborales, pone en evidencia las dificultades para lograr una gestión eficaz que favorezca la competitividad y sustentabilidad económica.