Algunas lanchas habían tocado algo de anchoíta previo al último temporal, aun no se termina de estabilizar las condiciones para la pesca y a decir verdad es temprano; pero había dejado un buen sabor que algunas lanchas hayan visto y calado algún cardumen la primera semana de agosto.
Por el momento, no hay mucha y está lejos de Mar del Plata, a casi 15 horas de navegación hacia el sur.
El termómetro lo está marcando Quequén, que en los últimos días algunos costeros que operan con red pelágica de media agua, tocaron poca cantidad de buen tamaño (39/43 piezas/kg) aunque no es el ideal, sirve.
La temporada por el momento excluye por la distancia a las tradicionales lanchas amarillas, mientras el sector conservero ya aseguro algo de lo capturado al sur del 43 por la flota de Rawson, que tuvieron buenas capturas y de calidad superior, el propio “Negro” Todisco del BP El Padrino, en una visita a la ciudad nos decía “ hay abundancia y de muy buena calidad, contamos algunas partidas de 28 unidades por kilo, -mientras gesticulaba con las manos por el tamaño-, aunque el tenor graso deja fuera del mercado de España e Italia, pero Brasil, el año pasado llevó mucho a pesar de los contratiempos de la pandemia -haciendo alusiva su expresión al COVID-19-“
“El pescado llegó muy bien a Mar del Plata, mucho se aprovechó para boquerón“ detalló; y días posteriores, llegó la contrapartida de un empresario conservero que también manifestó la excelente calidad con que llegó el pescado y el muy buen tamaño. (preferimos no nombrarlo para evitar comentarios por el plazo de sus pagos).
Por ahora, la distancia con esa abundancia vista por estos días algo al sur de Necochea deja fuera de juego a las lanchas e incrementa los gastos operativos de quienes optarán por la red de media agua abordo.
De esta manera, pesa más de un interrogante sobre el inicio de la zafra; aunque la calidad del pescado obtenido es buena, la expectativa está puesta en que se acerque a Mar del Plata.
El historial señala que el desembarque anual de los últimos cinco años varió entre las 8 y 14 mil toneladas; pero hay que remontarse hasta 2015 para encontrar ese volumen máximo en los muelles de la provincia de Buenos Aires.