La posibilidad de prospectar al abadejo durante enero y febrero toma forma. El Inidep proyecta en estos días un plan de trabajo para la flota comercial tras haber recibido el pedido por parte del Consejo Federal Pesquero.
El objetivo es que algunos buques puedan verificar la presencia del recurso y actualizar la información disponible de cara a optimizar su explotación durante los próximos meses, época en la que habitualmente suelen incrementarse los desembarques.
Hacia fines de octubre, tanto la Cámara Argentina de Armadores de Buques Pesqueros de Altura (Caabpa), como la Unión de Intereses Pesqueros Argentinos (Udipa) habían ingresado notas al Consejo para reclamar la evaluación.
“Con la certeza acerca de buenos niveles de abundancia en el área del talud y observando el desempeño sobre la especie de flotas extranjeras en la adyacencia a nuestra Zona Económica Exclusiva (ZEE), incluso con buenos tamaños, estamos convencidos de la necesidad de realizar la prospección”, expone el pedido de Caabpa al que tuvo acceso Pescare.com.ar.
Desde las cámaras entienden que la tarea será una manera fáctica de verificar la presencia del abadejo en áreas específicas de nuestro caladero, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de campañas de investigación específicas.
Situación del mercado
Tanto en filet como en HG, el abadejo es altamente apreciado en el mercado. Uno de los principales destinos de exportación es Brasil. Sin embargo, debido a las restricciones de captura que fueron fijadas en aguas argentinas, el país vecino está siendo abastecido por Uruguay y Nueva Zelanda.
Algo similar ocurre en Europa y los Estados Unidos, hasta donde llega abadejo proveniente de Uruguay, China, Rusia y España, todos países que operan bajo diferentes formatos en la denominada Zona Fao 41, correspondiente a esta parte del Atlántico Sur.
“Resulta inadmisible que si existe esa magnitud de volumen de pesca haya severas restricciones en nuestras 200 millas, máxime con ausencia de información científica que la avale. La realidad está marcando una abundancia no tenida en cuenta al momento de establecer las áreas de veda”, se quejan los armadores locales.
Vale recordar en ese sentido que en 2017 fueron cerrados seis “pozos de abadejo” y se establecieron límites de descarga por marea. Ahora, se abre una posibilidad para tomarle el pulso al recurso y, eventualmente, redefinir su manejo.