La rebaja de retenciones que rige desde este jueves para diversos productos pesqueros encierra semanas previas de trabajo con la lupa puesta en los números de la actividad. En el dato coinciden los empresarios que participaron de ese intercambio con las autoridades.
Estructura de costos, precios y evolución de los mercados fueron algunas de las variables analizadas antes de la publicación en el Boletín Oficial del decreto presidencial 230/2020, la norma que segmentó la poda sobre los derechos de exportación que paga la industria.
“El subsecretario de Pesca (de la Nación), Carlos Liberman, nos había pedido información a todas las cámaras sobre cada especie. Tuvimos varias reuniones y la realidad es que asumió el compromiso por todo el sector”, evaluó el presidente de Capa, Juan Redini; quien también destacó el rol del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.
“Siendo Basterra un hombre que tiene un vínculo más directo con el campo, comprendió la situación en la que está la pesca”, agregó Redini.
Algunos números
En el caso particular de calamar, la alícuota pasó del 9 al 7 por ciento. Lo mismo sucedió con algunas especies del variado costero como corvina y pescadilla. Un tanto más amplia fue la baja para el filet de merluza procesado en tierra o el langostino pelado y devenado, que pasaron de 9 a 5 por ciento.
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“Debe ser la primera vez que un subsecretario logra modificar decisiones que se habían tomado en estamentos superiores del Gobierno. Se modificó la lógica de la “imposición” a partir de que entendieron la crisis que estamos atravesando”, agregó Redini.
Otras problemáticas
Naturalmente, los actores tanto de la esfera pública como privada, tienen claro que este incentivo a la producción no resuelve todos los problemas. En ambos lados reconocen la necesidad de trabajar en política pesquera, vínculos laborales y otras cuestiones tributarias, por mencionar tres ejes.
“La medida va en el sentido correcto ya que en parte atiende los reclamos del sector fresquero, que es el más golpeado en todo este esquema; pero hay otras cuestiones que resolver”, graficó el presidente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, Diego García Luchetti.
El dirigente mencionó que la labor previa que se hizo con los funcionarios permitió alumbrar una contención que la industria venía reclamando a partir, por caso, del cierre de plantas de procesamiento en Mar del Plata.
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