Dos estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional – Facultad Regional Mar del Plata, resultaron ganadores del Concurso de Diseño de Barcos Dr. James A. Lisnyk.
Este importante concurso de diseño de barcos para estudiantes, desafía a grupos de jóvenes a diseñar barcos teóricos pero prácticos en vanguardia. El concurso es abierto a colegios y universidades del mundo que apoyan carreras vinculadas a lo naval, fomentando este programa el trabajo en equipo y el aprendizaje de la competencia.
Mar del Plata, su puerto, y la UTN de la ciudad, lograron nada menos que conseguir el primer puesto a través del proyecto “Littoral Mission Vessel”, de la mano de Enrique Luis Liccardi Sañudo y Patricio Duhalde.
Este concurso es organizado por SNAME (Society of Naval Architects and Marine Engineers), una sociedad profesional sin fines de lucro reconocida a nivel internacional, con miembros individuales que sirven a las industrias marítimas y de alta mar, como así también a sus proveedores.
El SNAME es un ente internacional que agrupa a estudiantes, graduados y profesionales vinculados con la Ingeniería Naval. Las ediciones de 2017, 2018 y 2019 del concurso internacional “ Dr. James Lisnyk” también fueron ganadas por alumnos de la UTN, en aquella oportunidad de Buenos Aires, que se impusieron a equipos de universidades de todo el mundo.
SNAME ha sido fundamental para el desarrollo profesional y para el éxito de la industria, contando con más de 6000 miembros en todo el planeta, distribuidos en 95 países, convirtiéndose en una comunidad internacional para profesionales marítimos y oceánicos, en una de las más reconocidas.
La misión de la Sociedad es promover el arte, la ciencia y la práctica de la arquitectura naval, la ingeniería naval, la ingeniería oceánica y otras profesiones que están relacionadas con el mar, a través del intercambio mundial de conocimientos e ideas relativas a la industria marina, educación en ingeniería relacionada con esa misma industria.
Liccardi Sañudo y Patricio Duhalde cursan 4º y 6º año de la carrera de Ingeniería Naval en la UTN. Se muestran nerviosos por no estar acostumbrados a los medios de comunicación, pero orgullosos de haber logrado algo único no solo para la Facultad que representan sino también para la Argentina.
Comenzaron su proyecto en el mes de febrero. Pensaron en un buque diseñado para la Armada Argentina, a quien agradecieron por la predisposición brindada no solo para recabar información, sino también para recorrer algunas de sus embarcaciones.
Pensando en dotar a nuestras Fuerzas Armadas de los medios materiales necesarios para que el instrumento militar pueda cumplir su misión principal, garantizando un plan de equipamiento que incluya entre sus previsiones la vigilancia y control de los espacios soberanos tanto tradicionales como de futuro.
La incorporación de este patrullero oceánico permite la vigilancia, control del mar, defensa de los recursos y espacios marítimos, en especial dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina (ZEEA) como así también suelen ser empeñadas en tareas de salvaguarda de la vida humana en el mar y en operativos de búsqueda y rescate (SAR). Para el caso específico de la Armada Argentina estas actividades están bajo el área de acción de la División patrullado marítimo que al día de la fecha cuenta con al menos 6 unidades operativas -4 OPV y 2 corbetas-.
“Es una embarcación de semiplaneo, una embarcación veloz. Entra en otra categoría de los barcos. Están los barcos de desplazamiento y los de planeo”, cuenta Duhalde. “Es un buque de 70 metros de eslora máximo, una manga 10 metros máximo y un calado de 3 metros. Es un proyecto que nace de la base de datos que teníamos de buques. Puede llegar a navegar a 35 nudos de velocidad. Claro que ese sería el máximo, pero se puede desplazar a una velocidad crucero de 12 nudos”, agrega Duhalde, oriundo de Azul en la provincia de Buenos Aires y enamorado de la carrera de ingeniería naval, en la cual ya finalizó todas las cursadas.
El destacado concurso es por puntuación, y a medida que van cumplimentando etapas, los van calificando entre las decenas de proyectos que se presentan de todo el mundo, donde participan las Universidades públicas y privadas más importantes del mundo.
“Planteamos varias líneas de casco, dependiendo la proporción que iba a tener, un tipo de fondo digamos y hacer un fondo más plano. Lo que pide también el concurso es que sea un proyecto que a la vez sea una necesidad para el país. No íbamos a hacer un crucero por ejemplo. Podíamos trabajar sobre la idea de un buque pesquero o sobre las patrulleras”, cuenta entusiasmado Liccardi Sañudo, marplatense y cursando el 4º año de Ingeniería Naval en la UTN marplatense.
“Es un buque que se puede modificar, incluso para adaptarlo a las necesidades que tenga en este caso la Armada o para abaratar costos operativos. Nosotros tratamos de diseñar con la mayor eficiencia y calidad posible. Incluso tiene una turbina que puede funcionar a gas, aunque es difícil de operar una turbina de gas en Argentina, consume mucho y requiere mantenimiento, entonces el proyecto incluye que se pueda adaptar a las necesidades de nuestro país. Es decir, la turbina puede consumir distintos de combustibles (gas, combustible líquido), la idea original era incluir el GNL, pero no era viable. Nosotros no tenemos problemas de emisión, si bien hay que controlarla no llegamos a ese punto como Europa o América del Norte y también el problema es que no tenemos estaciones de servicio para barcos para cargar el GNL”. Detalla el marplatense que será noticia junto a su compañero por este logro.
Es la primera vez que le UTN Facultad-Regional Mar del Plata interviene en este importante concurso. El éxito fue total en el primer intento, además del reconocimiento al otorgárseles el primer lugar, recibirán una retribución económica, aunque van más por el orgullo por haber vencido nada menos que a la reconocida UBA Argentina o al destacadísimo Webb Institute de Nueva York, una institución privada que se encuentra dentro de las primeras del mundo y es de carácter privado.
Duhalde llegó a Mar del Plata para ser marinero, pero una enfermedad (daltonismo) no le permitió realizar su sueño. No bajó los brazos, se inscribió en ingeniería naval y se fascinó con los barcos. “Estaría todo el día hablando de barcos”, cuenta risueño Patricio.
La historia de Liccardi Sañudo es distinta. “Estoy relacionado con la Armada, con los buques, siempre sentí como una vocación, como un llamado”, y justamente sobre “un llamado” es sobre lo que le preguntamos, el día que conocieron la noticia que habían resultado vencederos del concurso.
“El resultado tenía que haber estado el 15 de agosto, pero no llegaban los resultados, miraba los mails todos los días, y ya habían pasado más de 10 días. El viernes, miro –a una hora no habitual donde miro los mails, muy temprano a la mañana- y veo que habíamos salido ganadores. No sabía qué hacer. Pensé que era un spam o algo así. Le avisé a Pato (Duhalde) para que mirara él también y ahí cuando me lo confirmó, lo único que le decía era ‘ganamos, ganamos, ganamos’”, cuenta “Quique” sin ocultar la emoción que transmite en sus palabras.
“No quiero dejar de agradecer al profesor Alejandro Vaccari, Jefe del Departamento de Ingeniería Naval. Nos ayudó y confió en nosotros. No teníamos el dinero para inscribirnos y hasta en eso colaboró. Hoy es todo emoción y sin él no se podía haber conseguido. Esto nos posibilita a nosotros conseguir alguna beca en el exterior también y la posibilidad de hacer algún intercambio con gente de otros países”, nos cuenta también “Quique” comentándonos que la entrega de premios se va a realizar en los Estados Unidos. “Ojalá lo puedan transmitir en vivo con la gente de PESCARE”, dice risueño.
Duhalde nos pide que mencionemos a Agustín Barragán y Joel Tolosa, que si bien no estaban en el proyecto, han colaborado con ellos en el desarrollo del proyecto del concurso.
No dejan de ser dos “pibes” llenos de sueños, que eligieron el camino de la formación a través de un Universidad que aman, disfrutan de sus instalaciones e interactúan codo a codo con el plantel docente.
Cada vez es menor la categoría de “sueño” para estos dos incipientes Ingenieros Navales, que seguirán los pasos de otros destacados egresados y que tienen gran consideración en el sector, tal el caso de Leandro Goñi, “Nacho” Arenas o el propio Alejandro Vaccari.
Sin dudas, la era del conocimiento esta lanzada en todo el mundo, Mar del Plata y Argentina no escapa en ese aspecto a través de una universidad que apunta a competir pero por sobre todo a formar gente con los mas altos estándares de diseño e innovación tecnológica para la industria naval.
Estos dos jóvenes hoy muestran un camino que transita la esperanza, el compromiso y la dedicación. Estos dos jóvenes nos muestran que aún hay posibilidades en esta tierra argentina tan vapuleada por la realidad.
Felicitaciones, por mostrar que hay otro camino posible y que de la mano del conocimiento, el estudio y la juventud, el futuro puede no estar tan comprometido como el pasado y el presente.