El fin de semana, primero de las vacaciones de invierno, latió al ritmo de la temperatura. El viernes, un día primaveral, el turista sin dudas eligió el centro comercial del puerto para el deleite del paladar. Muchísima gente aprovechando las altas temperaturas almorzó relajadamente hasta entradas horas de la tarde. El transito vehicular en el parque de estacionamiento era completo como las grandes jornadas de verano.
El viernes se destacó la afluencia de familias, a las tradicionales porciones de rabas, calamarettes y bocaditos de brótola y pescadilla. Los primeros platos ganaron las mesas seguidamente con arroz y fideos con calamares, para cerrar con algún plato más elaborado de filet de chernia, mero y abadejo en sus distintas formas.
El sábado, ya el día pintaba complejo. Mucha niebla y llovizna fría, opacó el mediodía en contraste con lo vivido el día anterior. Paso casi desapercibido, para cerrar una noche promedio alta, digna.
Ayer, domingo, sobre el mediodía, nuevamente los restaurantes se vieron con muy buena cantidad de turistas.
“El día era frio y lluvioso; la gente aprovecho para un almuerzo adentro de las instalaciones“ nos decía Arturito, un viejo integrante de un tradicional puesto sobre el fondo del centro comercial.
Las vacaciones de invierno y las ansias de muchos por poder viajar, hacen que Mar del Plata tenga una interesante ocupación hotelera y un gran movimiento en los diversos locales gastronómicos.
Un relevamiento realizado por el equipo de PESCARE mostró que los locales de comidas, del Centro mencionado, sobre todo, aquellos que se especializan en pescados y mariscos, más las cafeterías y heladerías, mostraron un lleno casi total de su ocupación, con la particular característica de que en el mediodía, muchos han podido disfrutar de sus comidas al aire libre, dadas las jornadas soleadas.
Algunos de los responsables de los restaurantes, nos manifestaron que el público en general, ha optado para aprovecha las “promos” ofrecidas, sobre todo cuando se trata de grupos familiares de más de cuatro integrantes.
Se ha podido ver como en cada uno de los locales, se han extremado al máximo las medidas de seguridad sanitarias, brindando alcohol a los concurrentes y realizándole una conveniente toma de temperatura corporal.
Estas características sin dudas son únicas, de un lugar particular y especial en la ciudad de Mar del Plata, que por estos días, comienza a dibujar una sonrisa en varios niveles: empresarios, trabajadores y los propios turistas.
Es casi el paseo de cada visitante, pero también es un gran vinculo entre el hombre de mar y el ciudadano. Es el tan importante eslabón entre la producción y la ciudadanía, para demostrar que ciudad y puerto es parte de una misma proyección y desafío.
La frescura y perfume de cada plata es la impronta generada en generaciones, donde la ciudad de Mar del Plata, además de sol y playa ofrece gastronomía con perfume de mar para todos los gustos y bolsillos.