La semana se inició de manera convulsionada en el puerto local. Representantes de la estiba, con Hipocoop al frente, montaron una fuerte protesta que incluye bloqueo de los accesos y la toma del Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata.
La quema de gomas y el posicionamiento de camiones en distintos sectores de la terminal para obstruir el paso estuvo acompañado por un comunicado de TC2, donde acusan al presidente del Consorcio, Martín Merlini, de querer desplazarlos de la operatoria.
En el texto señalan al funcionario como responsable de un “complot administrativo” para prescindir de ellos en la operatoria de contenedores. Esto unido a una supuesta intención oficial de desarticular el sistema de cooperativas de estibaje.
“Merlini le niega a nuestra empresa la preferencia en la renovación de permisos de uso que por derecho le corresponde y a las cooperativas de la estiba las respectivas habilitaciones anuales, de forma tal de mantenernos a todos en un limbo administrativo sin derecho alguno”, denunciaron.
Desde estos sectores entienden que las acciones guardan la intención de beneficiar a la firma Murchison, un reconocido operador orientado a prestar servicios a diversas industrias, entre ellas la pesquera, y con inversiones en Buenos Aires, Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia y Puerto Deseado, entre otras terminales.
“Desvergonzadamente se le ofreció a Murchison el negocio que representa el tráfico de contenedores en Mar del Plata, surgido gracias a años de trabajo e inversiones realizadas por nuestra empresa”, insistieron desde TC2.
El detalle que terminó por romper el diálogo entre las partes fue la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires del llamado a una convocatoria de ideas para ocupar las plazoletas que hoy explota TC2. En el llamado los predios aparecen en calidad de “disponibles”.
“Agotadas todas las instancias, se nos obliga a la única acción posible para ser escuchados, responsabilizando a partir de aquí a quienes permiten que un funcionario del Estado recree en Mar del Plata una práctica de despojo”, concluyeron.
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