Entre el 4 y el 8 de junio, un equipo del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) llevó a cabo en Península de Valdés una campaña de captura de pulpo colorado (Enteroctopus megalocyathus), con el objetivo de desarrollar su cría en cautiverio. La iniciativa forma parte de las actividades de transferencia tecnológica planificadas por la Dirección de Información, Operaciones y Tecnología (DIOYT) del Instituto, en coordinación con pescadores artesanales de la zona y con la participación de la Lic. Mercedes Berrueta.
Las tareas se centraron en la recolección de ejemplares en el área costera de Puerto Madryn, mediante técnicas tradicionales adaptadas a un enfoque sustentable. Una vez capturados, los pulpos serán mantenidos en condiciones controladas para su engorde y monitoreo durante un período aproximado de cuatro meses.
Además de evaluar la viabilidad de su cultivo, durante esta experiencia se pondrán a prueba distintos modelos de trampas y refugios diseñados especialmente para esta especie. El objetivo es determinar cuáles son los más efectivos tanto en términos de captura como de bienestar animal, lo que podría redundar en herramientas más eficientes y respetuosas con el ambiente marino para la actividad artesanal.
El pulpo colorado es una especie de importancia comercial creciente en la región patagónica, particularmente valorada por su calidad gastronómica. Sin embargo, su explotación ha estado limitada en parte por la falta de conocimiento sobre su biología reproductiva y las posibilidades de manejo sustentable. Por eso, esta experiencia representa un paso importante hacia la generación de nuevas alternativas productivas basadas en la acuicultura de especies autóctonas.
La iniciativa también se inscribe dentro de un enfoque más amplio que busca articular ciencia y saberes locales, promoviendo la innovación pesquera en beneficio de las comunidades costeras. Para el INIDEP, estas acciones forman parte de una estrategia de largo plazo que apunta a diversificar la matriz productiva del sector pesquero nacional y fomentar prácticas responsables desde el punto de vista ambiental y social.
La información que se obtenga en esta etapa servirá como base para futuras líneas de trabajo vinculadas al desarrollo de tecnologías aplicadas al cultivo de octópodos, con potencial proyección tanto para el mercado interno como para la exportación.