La Cámara de Armadores de Poteros Argentinos (CAPA), cumple 24 años desde su creación.
Los armadores de buques argentinos dedicados a la pesca del calamar a través de modalidad poteras, un 25 de agosto, le dieron forma a una entidad que representa y vela por uno de los tres recursos pesqueros más importantes de nuestro país, siendo uno de los precursores en la sostenibilidad y sustentabilidad del recurso mediante practicas de pesca selectivas sin contacto ni impacto con el medio ambiente.
El propósito de la cámara es la representación del sector potero nacional ante los organismos públicos y privados que están relacionados con la actividad, impulsando el desarrollo económico de la actividad, propendiendo a la aplicación de políticas que promuevan la explotación y desarrollo de la pesquería de manera selectiva y sustentable.
Entre los varios objetivos que se han trazado a través de la comisión directiva que preside Juan Redini –de reciente reelección en la conducción– se encuentra la conservación de la pesquería en todo el atlántico sudoccidental.
CAPA agrupa a más del 90% de la flota potera. En la actualidad cuenta con 32 empresas asociadas, las cuales son propietarias de 66 embarcaciones.
Hace pocos días, más precisamente el 18 de agosto último, se dio por finalizada la temporada de calamar, donde la flota potera de nuestro país consolidó desembarques por un total de 132 mil toneladas de acuerdo a los datos oficiales del 22 de agosto.
Nunca está de más recordar que las 200 millas desde las líneas de base delimitan, de acuerdo al derecho internacional, las Zonas Económicas Exclusivas de los Estados ribereños, siendo además esta flota la que muchas veces ejerce soberanía al borde mismo de dicha línea, imaginaria pero tan importante para los intereses argentinos en el mar.
El ciclo vital del calamar –por el que tanto brega la flota potera- dura aproximadamente un año y por lo tanto, el stock se renueva totalmente año a año, con la preocupación desde el sector armatorial puesta también en procurar básicamente a través de la implementación de vedas y la permisión de un escape de ejemplares desovantes que aseguren la reproducción.
Como arte de pesca, todos los barcos de CAPA utilizan el de poteras, sin duda alguna, el más selectivo y el que proporciona mejor calidad del producto a bordo.
La temporada de pesca para los buques autorizados para la pesca de calamar se extiende entre el 1 de febrero y el 31 de agosto, cuando la especie se encuentra migrando sobre la plataforma continental, en tanto que, entre setiembre y enero se aplica una veda destinada a proteger los estados juveniles de la especie.
Entre el 1 de febrero y el 30 junio la pesca está permitida al sur de los 44°S, y se efectúa sobre dos subpoblaciones: desovante de verano (SDV) (concentraciones reproductivas) al comienzo de la temporada y sudpatagónica (concentraciones prerreproductivas) durante todo el período.
Habitualmente en el comienzo del mes de mayo se inicia la temporada al norte de los 44°S, la que puede extenderse hasta finales de agosto, aunque todo depende de los distintos informes que se reciban de parte del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, más lo que determine la Autoridad de Aplicación.
En este período se captura principalmente la subpoblación bonaerense-norpatagónica (SBNP) (concentraciones prerreproductivas), y en menor medida, y sobre el final de la temporada, la desovante de primavera (SDP).
Desde PESCARE saludamos a CAPA por la tarea que realizan en pos del sector, bregando por su crecimiento para que el recurso siga siendo sustentable y pueda ofrecerle trabajo a un numeroso núcleo de trabajadores dedicados a la pesca de la especie bajo esa modalidad.