El arranque de 2020 rompió con esa calma que suele caracterizar la progresiva vuelta a la actividad cada año. El cambio de autoridades, nuevas medidas y el impacto que genera la situación económica alertan a diversos sectores.
Hay una particular inquietud en el fresco. La crisis que atraviesan las plantas de procesamiento en tierra proyecta sombras tanto sobre la flota costera como la fresquera de altura. Los armadores advierten que varios de los compradores de sus productos tienen dificultades para sostenerse en pie.
El cierre de Arte Pesca, ubicada en Bermejo y Ortiz de Zárate, y sus dos establecimientos satélites operan como ejemplo. Sus responsables decidieron bajar la cortina ante la ausencia de rentabilidad. Como consecuencia, unos cien obreros perdieron sus trabajos.
Otros casos
Pero no es la única firma en apuros: “Hay al menos dos o tres empresas con problemas serios. Nos preocupa mucho está caída del trabajo en tierra, que se suma a las dificultades de costos que arrastra nuestra flota en los últimos años”, expuso el gerente de la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera, Sebastián Agliano, ante la consulta de Pescare.com.ar.
El marco se agrava con el aumento de las retenciones. El Gobierno nacional cambió el esquema de 4 pesos por dólar exportado por una tasa del 9 por ciento. Paralelamente, el mercado internacional muestra signos de retracción para algunas especies.
Hay dificultades para colocar lenguado, pez palo y una creciente participación de productos sustitutos provenientes de China. En tanto, cae la cotización de merluza. Según datos del Indec, la baja interanual había sido del 5,4 por ciento hasta octubre de 2019.
Rol del Estado
“Si el modelo productivo no acompaña, esto se agravará (…) Ayer la gente de Ardapez, que se queda con buena parte de nuestra producción, nos comunicó que nos baja cinco pesos el kilo de todo lo que es entero. A los problemas que tiene el filet, se suma esto”, evaluó Agliano.
Desde el Gobierno nacional analizan los números de la cadena, las diferentes especies, flotas y la operatoria en general para ver la posibilidad bajar retenciones en determinados segmentos con mayor valor agregado; pero hoy no hay certezas.
El compromiso emergió de reuniones mantenidas con el subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Liberman; el ministro de Desarrollo Agrario de la Provincia, Javier Rodríguez; y la secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca bonaerense, Carla Seain.
De todas maneras, la decisión final correrá por cuenta de los ministerios de Producción, Economía y del propio presidente, Alberto Fernández: “Nuestro sector ya no resiste esta presión tributaria”, agregó el presidente de la Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura, Diego García Luchetti.
La variable «dólar»
Por otra parte, el dirigente recordó que el desdoblamiento del tipo de cambio es otro de los factores que afecta a las relaciones comerciales y, por lo tanto, a la capacidad de los armadores para movilizar la flota fresquera de altura.
“Nuestros insumos están con un dólar libre; mientras que las exportaciones se rigen por el oficial. Esto retraerá la producción en tierra aún más (…) Necesitamos una política diferenciada en materia de retenciones que premie el agregado de valor y genere empleo. Ordenar y modernizar los convenios laborales en tierra, bajar la litigiosidad y los costos de ART también son otras de las claves”, finalizó.