Carlos Liberman transita las primeras horas como subsecretario de Pesca de la Nación. Confirmado en su cargo por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, ya ocupa un lugar en las oficinas de Paseo Colón.
El flamante funcionario conoce el área y los desafíos que conlleva la administración pesquera. En los últimos cuatro años fue secretario de Pesca en Santa Cruz y, paralelamente, representante de esa provincia en el Consejo Federal Pesquero.
“Arranco rodeado de papeles e informes”, reconoce al tomar contacto telefónico con Pescare.com.ar. Prioridades de gestión, manejo de langostino y el intercambio con las provincias son algunos de los temas que irá desarrollando.
– ¿Cuáles son tus prioridades de gestión?
– Las prioridades de gestión las voy determinando en la medida que voy garantizando lo que yo entiendo son los programas más importantes que tiene la pesca. Si bien reconozco que la actividad hace un período importante de años viene creciendo en términos de exportaciones, en otras áreas ese nivel de mejoría no se ha visto.
– ¿A qué te referís concretamente?
– A la generación de empleo en algunos puertos importantes como el de Mar del Plata. Creo que hay un problema de empleo real. Evidentemente en base a lo que marca la ley sobre el máximo aprovechamiento de los recursos, ahí tenés un déficit. Hay que mejorar la matriz productiva porque evidentemente existe un problema de empleo. El procesamiento de pescado en tierra es un tema central.
– ¿No creés que esa problemática también es en parte consecuencia de un cambio en el modelo de negocio, de una industria que se vuelca cada vez hacia el congelado?
– Mirá, a partir de la experiencia de la que vengo (se refiere a Santa Cruz), la verdad es que nos sentamos con los gremios, las empresas y nos dimos una lógica con un Estado presente que permitió que el empelo crezca de una manera significativa. Gente de Mar del Plata como Otegui, Daniel Antonio, De Angelis, entre otros, han tenido la posibilidad de comprobar que efectivamente hubo una ampliación de la contratación de personal en el sur. Eso es porque hubo un Estado que se ocupó de gestionar.
– ¿Tu idea es replicar ese modelo a nivel nacional?
– Sí, pero también a mí me parece que el Gobierno nacional tiene que tener una fuerte interacción con las autoridades provinciales, con los que comandan el territorio donde tienen lugar los procesos productivos de la pesca. Asumo que nosotros tenemos que tener un rol activo en ese sentido. Este es un tema que me preocupa; pero naturalmente no el único. Me preocupa también el de la exploración petrolera, como a todo el sector.
– Las concesiones de áreas del Mar Argentino para buscar gas y petroleo avanzan, pero siguen faltando los estudios de impacto ambiental…
– Yo no estaba en Santa Cruz cuando ocurrió; pero hubo una prospección sísmica en el Golfo hace diez años que repercutió de manera muy negativa sobre el recurso durante algunos períodos. Ahí la Subsecretaría de Pesca tiene que tener un rol porque en definitiva se trata de evitar inconvenientes como ese. Hay que actuar para prevenir y generar los estudios de impacto ambiental necesarios. También hay que trabajar para hacer respetar nuestra soberanía en la milla 200 y seguir reclamando por Malvinas.
– ¿Estás pensando en revisar cuestiones que hacen a la administración del langostino? ¿Te parece razonable el plan de manejo que se instrumentó para la especie?
– Yo creo que las medidas de administración que se han determinado desde el Consejo Federal Pesquero han sido un paso. En todo esto ha habido un proceso evolutivo: pasamos de pescar 30 mil toneladas a 200 / 250 mil toneladas y tenemos una zona de distribución muchos más importante de la que existía hace unos años. Me parece que el Estado supo acompañar ese crecimiento para aprovechar la oportunidad sin alterar el ciclo evolutivo de la abundancia. ¿Es mejorable el sistema? Por supuesto porque tiene un montón de desafíos que abordar.
– ¿Como cuáles?
– Hace poco decidimos retirar a la flota langostinera de una zona que se ubica fuera de la veda, sobre el paralelo 41°. En ese momento fui participe activo de la definición. Ahí terminó apareciendo mucha merluza y optamos por cerrar esa zona. Este es un ejemplo de los desafíos que trae la dinámica del langostino y otras especies. La idea es aprovecharlo, pero sin afectar al resto de los recursos. Si el langostino sigue mostrando cambios en su comportamiento de manera continua, el Estado tendrá que ir generando una normativa que acompañe ese proceso.
– ¿Serán necesarios cambios en la estructura de la Subsecretaría para satisfacer las demandas que hoy tiene la industria hacia la administración?
– La estructura burocrática que tiene la Autoridad de Aplicación para desplegar el conjunto de competencias que le da la ley ha sido la misma en los últimos veinte años, aún cuando pasamos de exportar por 700 millones de dólares a más de 2 mil millones de dólares anuales. Lo que yo siento ahora al estar acá en la Subsecretaría de Pesca es que hubo un retroceso administrativo que la Subsecretaría tiene menos herramientas para abordar el conjunto de temáticas que esta actualidad exige. Tenemos que mínimamente recomponer una estructura. Hoy tenemos una Subsecretaría de Pesca con una sola dirección nacional, tres direcciones de línea y tres coordinaciones; es menos de la mitad de lo que era hace cuatro años y más chica de lo que era hace veinte años, cuando la actividad era otra.
– A propósito de eso, ¿tenés algunos nombres propios de quienes te van a acompañar en el equipo?
– Llegué hoy (por el miércoles) a la Subsecretaría, estoy viendo tantísimos informes, tengo reuniones pendientes con el ministro (Basterra) que es en definitiva la autoridad con la que tengo que acordar este tipo de definiciones. Con el correr de los días, irán siendo conocidos.