Las tradicionales lanchas amarillas tuvieron un buen inicio de año. Con variada cantidad de pescadilla de muy buen tamaño y pejerrey, vienen teniendo un buen inicio de temporada, ya que es toda materia prima para restaurantes que llevan la pesca del día directamente al plato.
Ya algunas alcanzaron en la modalidad a la pareja los primeros cornalitos que dieron aire a las finanzas de las historicas embarcaciones.
Como si fuese poco, con días de calor y humedad, acercó al alcance de esta reducida flota, la caballa.
La semana pasada hubo embarcaciones que capturáron hasta 150 cajones redondeando una temporada buena de la especie y con demanda de algunas plantas que todavía barren lo que llega al muelle a un precio entre $120/$130 el kilo, equivalente a $4300 por cajón.
Consultado un viejo patrón, nos recordó desde el timón a medio atracar al muelle que, “ cuando el pescado se acerca, los cheques se alejan….” Y así se confirmó, los cheques que reciben estas embarcaciones van de 60 a 90 días, algo desmesurado con el ambiente inflacionario real que vive el país. Inmediatamente en la visera de la banquina chica, mientras la tripulación encajonaba, nos acercó un video que muestra la concentración de caballa en la última cala cerca de las 2 de la tarde del día 12 de enero pasado.
Por otro lado, consultamos a “Joselito”, mano derecha en la planta de Pennisi, quien nos decía que “ el pescado que está llegando apareció la semana pasada, el compromiso con las lanchas es permanente, entre todos nos ayudamos, este año estamos cerrando una muy buena zafra de pelágicos, entre anchoita y caballa, se trabajó muy bien, fluido y casi sin descanso ”, mientras pedía una nueva vuelta de gin Bombay Sapphire inglés en la barra del Bar Alsina, del amigo Hernán Tillous.