Con diversos actos se celebra este 22 de febrero el Día de la Antártida Argentina. Algo que más allá de recordar el día en que se izó por primera vez el Pabellón Nacional, debería ser parte del sentimiento argentino por todo lo que se desarrolla allí.
Trabajadores que soportan condiciones climáticas más que adversas, viviendas que tienen todos sus elementos, noches interminables, son solo algunos de los puntos para enumerar y por supuesto para homenajear a los que están allí y a los que pasaron por nuestro Sector Antártico.
1904 fue el punto de partida para que comenzara la permanencia ininterrumpida de argentinos en la Antártida, en la isla Laurie que forma parte del grupo de Islas Orcadas.
En 1974 se sancionó la Ley Nro. 20.827/4 donde se instituyó como “Día de la Antártida Argentina” el 22 de febrero de cada año, determinando esa ley, que ese día se izará al tope el Pabellón Nacional en los edificios públicos nacionales y se realizarán actos alusivos como ocurrirá en el día de hoy.
De este modo quedó sellado que Argentina tiene derechos y son irrenunciables sobre la soberanía de la Antártida Argentina.
Durante los primeros 40 años, los argentinos fuimos los primeros ocupantes del sector, situación que manifiesta el aval que se tiene sobre ese lugar.
El primer hombre en pisar el “continente blanco” fue Hugo Alberto Acuña, un joven oriundo de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, que con tan solo 18 años de edad integró la primera expedición a las islas Orcadas con el claro objetivo de recabar información meteorológica para el Ministerio de Agricultura de la Nación.
El Sector Antártico Argentino o la Antártida Argentina, es considerado como parte del territorio nacional e integra un área que está delimitada por los meridianos 25º y 74º Oeste y el paralelo 60º de latitud Sur, que forma parte del que fuera Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, como nos han enseñado nuestros maestros en la escuela primaria.
Si bien como citamos el Pabellón Nacional se izó por primera vez en 1904, existe un antecedente de 1902, cuando el Alférez José María Sobral se unió a la expedición sueca de Otto Nordenskjöld. A raíz del hundimiento del buque Antarctic de esta expedición llevó a la Argentina a efectuar un exitoso rescate con la Corbeta Uruguay que estaba al mando del Teniente Julián Irízar.
A través de los años, fueron múltiples las expediciones argentinas que fundaron las bases antárticas de nuestro país. Entre esas podemos destacar la expedición aérea de la Armada al Polo Sur, con Pedro Margalot, la expedición que se llevó a cabo al Polo Sur con Gustavo Giró Tapper y su comandante, el General Jorge Leal, más el primer vuelo transpolar al comando de Mario Luis Olezza y Gustavo Argentino Marambio.
Mirando al futuro, nuestro país, comenzó a desarrollar tareas científicas a partir de 1951, cuando se fundó el Instituto Antártico Argentino, que permitió desplegar el destacado trabajo de sus investigadores.
Fue en 1959, con la firma del Tratado Antártico, la ciencia, mirando lo que estaba desarrollando nuestro país, se constituyó a nivel internacional en el vector de la toma de decisiones en el seno del Sistema del Tratado Antártico.
Los diplomáticos de nuestra Cancillería defendieron los derechos y el interés de nuestro país en aquella negociación del Tratado Antártico, cuando participaron en la Conferencia de Washington sobre la Antártida en 1959, donde se elaboró y se aprobó el Tratado.
Con el firme compromiso de continuar en el continente cooperando con la ciencia, como hemos citado en más de una ocasión en PESCARE, nuestro país, más allá de banderías políticas, está comprometida con el Sistema del Tratado Antártico.
Quienes componen el Programa Antártico Argentino, continúan su labor enrolados en el desarrollo de una política de Estado que comenzó hace más de 100 años y que ha conseguido que más de un centenar de científicos desarrollen sus tareas en el “Continente Blanco” mediante los proyectos del Instituto Antártico Argentino que forman parte del Programa Antártico.
Desde PESCARE enarbolamos la bandera nacional como se hizo por primera vez en 1904, bregando que los conocimientos sobre este sector que es Argentino, no quede solamente en la enseñanza y aprendizaje de la escuelas. Icemos la bandera, pero adquiriendo conocimientos. Esto también es Argentina.
Por Gustavo Seira