El ex subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, Horacio Tettamanti, abordó los proyectos en debate para renovar la flota pesquera. Ocurrió durante su exposición pública el pasado viernes en la sede local de la UTN.
En el marco de la conferencia “La Industria Naval, la Pesca y los Intereses Marítimos Argentinos”, el empresario respaldó en parte el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 145/2019, el cual fijó los lineamentos básicos para la modernización de la flota pesquera.
“El decreto tiene luces y sombras, pero es mejor que nada. Tiene un fin que es loable. El proyecto ha abierto una discusión, eso es bueno (…) Rescato como positivo el usar las cuotas (como respaldo crediticio) si la Argentina va a continuar con ese sistema”, consideró.
Tettamanti entiende que justamente la falta de herramientas financieras es una de las debilidades de la industria naval: “Nos falta el cash flow (flujo de fondos). La construcción naval es más un fenómeno financiero que industrial”, recordó.
Al mismo tiempo, advirtió que desde el punto de vista pesquero el DNU es técnicamente “muy malo” ya que, según entiende, atropella la Ley Federal de Pesca 24.922. De acuerdo a su mirada, sumar como incentivo de construcción un 10 por ciento de cuota a un permiso violenta la legalidad.
Fuerte crítica al proyecto de Solanas
Sin embargo, el ingeniero naval fue mucho más crítico con el proyecto de renovación de flota impulsado por el senador Fernando “Pino” Solanas, que fomenta el recambio de más de doscientas embarcaciones en un plazo inferior a los cinco años.
“El senador Solanas debería estar asesorado. No se puede renovar la flota en cinco años como plantea su proyecto”. Al igual que otros actores del sector naval, Tettamanti cree que esto le abre la puerta a la importación de unidades y, por lo tanto, amenaza la actividad.
En este sentido, juzgó que Solanas termina siendo funcional a los intereses que pretenden el cierre de los astilleros locales. Por otra parte, alertó que tan corto plazo disponible para el recambio podría empujar a los armadores más chicos a tener que vender sus barcos, una posibilidad que podría fomentar la concentración de la industria en pocas manos.
Paralelamente, reconoció que tampoco se pueden hacer todos los barcos en la Argentina: “Hay que hacer un plan razonable que contemple los próximos diez, quince o veinte años para progresivamente ir reemplazándolos”, apuntó.
“Podemos hacer cualquier tipo de barco”
En otro pasaje de la conferencia, reclamó no considerar a la eslora, sino a a la tonelada de registro bruto como parámetro para luego fijar la participación que tendría la industria naval bajo ese lineamiento junto al flujo financiero y logístico de los materiales: “Con esto definido, en el país podemos hacer cualquier tipo de barco”, dijo.
Ya con una mirada más amplia, Tettamanti destacó en cualquier caso la necesidad de abordar los intereses marítimos de forma sistémica; es decir, considerando el conjunto de los elementos que lo conforman: ríos, mar, puertos, flotas, industria naval y no tomar a cada uno como una unidad de negocio independiente: “En esto tiene que haber un abordaje estratégico por parte del Estado”, alertó.