Brasil ha realizado la mayor incautación de aletas de tiburón listas para exportación, sumando un total de 28,7 toneladas. Esta operación fue llevada a cabo por la agencia gubernamental de protección del medio ambiente. Las aletas, que iban a ser enviadas a Asia, donde son consideradas un manjar exquisito, pertenecen a dos especies diferentes: 4,400 a tiburones azules y 5,600 a marrajos. Recoger tal cantidad de aletas implica la muerte de aproximadamente 11,000 tiburones.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) anunció la incautación, destacando que esta es la mayor operación de este tipo en el mundo. Es significativo que la confiscación se haya realizado en el lugar de origen, donde los tiburones fueron capturados. Teniendo prohibición de captura en Brasil, por cuanto es una pesca ilegal no declarada no reglamentada, constituyendo uno de los hechos violatorios al régimen de pesca y al medio ambiente más importante de los últimos tiempos.
La mayoría de las aletas fueron encontradas en una nave de una empresa exportadora en Santa Catarina, mientras que una tonelada fue confiscada en el aeropuerto internacional de São Paulo. A pesar de tener una extensa costa de 9,000 kilómetros, Brasil tiene una supervisión ambiental deficiente, especialmente en sus aguas territoriales.
La pesca de tiburones es ilegal en Brasil, pero los cazadores furtivos utilizaron permisos para capturar otras especies como una tapadera. Anualmente, millones de tiburones son capturados solo por sus aletas, destinadas a la exportación a países asiáticos, principalmente China.
La sopa de aleta de tiburón ha puesto en peligro a una cuarta parte de las poblaciones de tiburones en el mundo, según expertos. A pesar de esto, 145 países continúan vendiendo este controvertido manjar. La ONG Sea Shepard aboga por una prohibición total del comercio de aletas de tiburón y señala que la Unión Europea exporta alrededor de 3,400 toneladas de aletas al año.
Las aletas decomisadas en Brasil tenían como destino ilegal su exportación al sudeste asiático, donde les atribuyen supuestos beneficios para la piel, el cuerpo y también se considera un «remedio» contra el envejecimiento o un estupendo afrodisíaco, y además, lo asocian a soluciones medicinales naturales, como antinflamatorio, regenerador, cicatrizante y analgésico.
Recientemente, un periódico brasileño informó sobre la caza de ballenas en las Islas Feroe, Dinamarca, que tiñó el mar de rojo, resaltando otra problemática ambiental relevante.
En nuestro país, condrictios y especies cartilaginosas están dentro del programa de zonas de veda y conservación ya implementado por el viejo IBM Instituto de Biología Marina desde 1998, siendo el más importante el Plan de Acción Nacional para la Conservación y Manejo de Condrictios, (Tiburones, Rayas y Quimeras) en la Republica Argentina en el año 2009 a través del INIDEP, que fue referencia incluso para la ZCP.