A esta altura se podría calificar como un “fracaso” la expectativa que se había puesto sobre la corvina, donde los comparativos ya marcan que existe una diferencia abismal con respecto a las capturas del año pasado.
“No hay cantidad, no sé lo que pasa. Un día agarrás pescado y después te pasas una semana y no agarrás nada”, nos dice un viejo conocedor con más de medio siglo “yendo al agua”.
La realidad marca que las embarcaciones se recostaron en cercanías de Ensenada. “No hay ni por el frente marítimo ni por el río”, nos comentan.
“No quiero hablar pavadas, pero en los años anteriores, al no estar pescando el Uruguay, teníamos más pescado para nosotros. Hoy ellos están pescando al norte y esa me parece que es la causa, no hay cantidad y no termina de bajar a la Bahía. Tenemos que seguir pescando pero los gastos nos están matando. Salís y gastás 5.000 litros de gasoil. Hacé la cuenta por favor. Solo te hablo de combustible. Sumale aceite, redes… una boya sale $ 7800, una red tiene 100 boyas… ¿y la gente?», nos dice nuestro interlocutor sin esconder su malestar ni mucho menos su preocupación.
Como seguir es la pregunta que se impone. “No sé, hay que seguir pescando, pero muchos ya desarmaron y se van a anchoíta a Necochea. Otros se irán a variado. El año pasado teníamos el pescado cerca de La Plata. Pensamos que este año, al ir a Ensenada, el pescado iba a estar ahí, después de no ir dos años por la pandemia, porque quisimos cuidar a la gente”.
“Con los 600 cajones que trajimos entre los dos (la pareja), no pagamos ni los gastos”, sentencia el hombre conocedor.
“Tenemos que rever muchas cosas. Ni los barcos de Lavalle, ni los de Ensenada agarraron pescado. De esto dependen muchas familias. Todos tenemos derecho a trabajar, pero hay que mirar todo. Si no fíjate lo que pasa con los botes que pescan, hay unos 4.000, a 5 cajones por bote… hacé la cuenta no más…”
Buscando la empatía, inevitable por cierto ante tamaña preocupación, la consulta pasa ahora, -siempre basados en la enorme experiencia del interlocutor- por si considera que la situación podría cambiar.
“Yo siempre tengo fe y esperanza. Pasa que esperamos un año para poder hacer un ‘mango’. Ojo que yo soy de los convencidos que hay que cuidar el recurso y no pescar como sea. Te lo aclaro para que se entienda clarito, porque acá nos conocemos todos y hay muy buena gente, pero no son todos lamentablemente”, nos dice entre determinante y molesto.
Los números oficiales respecto a la corvina, marcan que en durante el 2021, se capturaron 30.511,3 toneladas, de las cuales 13.649,8 se desembarcaron el puerto de Mar del Plata.
En lo que va del presente año, las cifras hasta el último 10 de agosto indican que hasta el momento se han descargado 13.941,4, registrando Mar del Plata 6.504,8 de la especie.
El problema reside que este segmento de la flota, los costeros, tiene solo dos o tres oportunidades para cerrar un año equilibrado económicamente, y son la zafra de corvina, anchoíta y magru. Por el momento ya la caballa esta en la zona del Rincón, es decir a 24 horas de navegación, imposible el alejamiento para esta flota, anchoíta, recién algunos barquitos están capturando muy variada, mezclada entre juveniles y adultas con poca demanda de las empresas conserveras, si fracasa la corvina, el único destino es el variado con la fortuna de encontrar muy cerca de la costa algunos 10-15 cajones de lenguado para poder achicar las pérdidas. Un segmento de la flota que históricamente era el precursor de la pesca marplatense, hoy, es el ultimo eslabón de la vieja banquina chica e histórica que peligra su rentabilidad y por ende su continuidad laboral.