Nos acercamos a Prefectura sin ninguna cita, simplemente como lo hemos hecho siempre en estos dos últimos años. Así lo marcó el jefe desde su primer día, PM Rodolfo José Cattáneo en su inconfundible estilo, dejando una impronta de lo que la historia vino a hacer en su paso por Mar del Plata, un puerto aparentemente difícil, que el tiempo mostró que lo resolvió con destacada labor.
Un detalle no menor… en sus inicios parecía haber dos veredas, ellos y nosotros; mientras con cada palabra y cada accionar fue demostrando que el mar nos une. Así pasaron los dos años de tránsito por esta delegación, dejando un tendal de enseñanzas y el inconfundible sello de un verdadero hombre de bien, hijo de la más hidalga Prefectura soñada por su creador, Don Martín Jacobo Thompson, primer Prefecto Nacional Naval de la Prefectura Naval Argentina.
Con la amabilidad que caracteriza su entorno, nos recibe su actual secretario Ayudante de Primera Matías Romero, dejando en cada paso la misma directriz como hace dos años exponiendo ese dicho popular que dice: lo cortés no quita lo valiente. Nos anuncia y recibe el jefe a tan solo unas horas de dejar su lugar a otro camarada navegante.
Lo sorprendimos, no nos esperaba. Nos sorprendió, sin su atuendo de prefecturiano, de civil, pero si hasta parecía uno más de nosotros…!
Tras un cálido y afectuoso abrazo, como a todo visitante, nos condujo a su despacho. Un espacio sencillo pero emblemático, con la bandera argentina a su derecha y la de Prefectura a su izquierda. Su rostro reflejaba una emoción contenida que anticipaba una conversación cargada de sinceridad y momentos memorables, acorde a la esencia de su carácter.
El hombre había nacido en la ciudad bonaerense de Baradero y más tarde residente junto a su familia en San Pedro, sin ningún vínculo previo con la fuerza, tenía un sueño claro: ser Capitán.
Mientras trabajaba en el campo, en una plantación de cítricos dedicándose a los injertos, solía observar barcos navegando por el río Paraná. Fue en ese momento cuando comenzó su historia.
El sueño de convertirse en capitán de un buque nació de esa inspiración, nos cuenta; pero ¿sabía realmente lo que implicaba? ¿Tenía idea de los desafíos que podría enfrentar?
“No tenía ni idea”, admite. “Solo conocía a algunas personas que estaban en la marina mercante; uno era capitán de ultramar y otro, capitán de pesca, pero mi relación con ellos no era cercana. Sin embargo, el entusiasmo por seguir esa carrera comenzó a crecer en mí”.
Enfrentó algunos obstáculos familiares. “Mi padre no quería que entrara en la Prefectura, no porque no le gustara, ya que la conocía de cerca viviendo a la orilla del río. Pero él prefería que trabajara en un campo o en una fábrica”.
Pese a todo, se inscribió en la Escuela de la Prefectura y tuvo la fortuna de ser aceptado. “Cuando egresé, lo hice con muy buenas calificaciones, quinto en mi promoción. Tuve la oportunidad de elegir entre varias especialidades, como comunicaciones, buceo o aviación, pero mi deseo siempre estuvo claro: quería ir a los barcos, dedicarme a la navegación”.
Se le asignó el curso de navegación, en el que se destacó saliendo primero. “Me enviaron al guardacostas GC-26 Thompson en Mar del Plata, donde estuve dos años. Así comenzó mi carrera en los barcos”. Así conoce el destino marplatense.
En 32 años de servicio, pasó 25 a bordo de distintas embarcaciones, siendo capitán de ocho buques, incluyendo el buque insignia de la Prefectura, el guardacostas GC-24 Mantilla, y el Motovelero Bernardo Houssay, del que orgulloso, jamás rifó una sola vela, lo que muestra las cualidades de navegante y el respeto por la embarcación.
“Fue una carrera hermosa. Me encantó haber vivido todo eso ”, concluye con satisfacción.
Si volviésemos atrás, dos años, ¿cuáles eran las expectativas?; ¿qué pasaba por su pensamiento ante un destino como Mar del Plata?
Yo soy una persona resolutiva, quizá el ser navegante lo forja a uno en ese atributo de resolver con lo que se tiene; por eso me tracé como objetivo plantarme en el desafío de la jefatura de la delegación Mar del Plata, como si fuese un barco de gran porte, llevándolo con la directiva que cada uno debe responder por su función, por su rol y yo como Capitán dirigiendo en el derrotero trazado por la superioridad con seriedad, compromiso y responsabilidad. La única intención era resolver los problemas, más sabiendo que la comunidad es marinera, navegante y viene a la Institución para encontrar una solución. Mi objetivo era dar soluciones prácticas, hacer a la Prefectura más eficiente y acompañar en trámites que sabemos muchas veces tienen sesgos burocráticos.
¿Era un cuco, Mar del Plata?
Pasa que también han cambiado las generaciones de oficiales jefes. Las generaciones anteriores se sentían más acorralados en no saber cómo desempeñarse en esta comunidad tan heterogénea. Todos sabemos que en su paso por la delegación todos eran navegantes, entonces la mayoría de quienes estuvieron en Mar del Plata en su paso fueron formando este destino. Nosotros tuvimos grandes líderes dentro de nuestra institución, referentes y navegantes que pasaron por acá como Ricardo Fortini y nos trazaron y mostraron el camino, las formas en su tránsito y el haber llegado a destino victorioso. Si a un gran porcentaje de ellos les había ido bien, eso me mostró el derrotero a seguir.
Está claro el concepto, pero uno no está solo en el mundo, cuando Ud. se traza objetivos dentro de una institución que muchas veces cambia destinos convirtiendo a sus cuadros en verdaderos seres errantes, nómadas, ¿Qué pasa con la familia?
En el tránsito en Prefectura, ellos van captando lo que pasa en el día a día, creo que mucho mas de lo que uno piensa. Yo hablo mucho con Claudia, mi mujer; con mis hijos y aunque ellos no lo exteriorizan lo captan; pero hay una realidad, yo iba pasando de barco en barco, pero el asiento era siempre la ciudad de Buenos Aires, tuve la suerte de estar siempre con ellos y el hecho de venir a Mar del Plata, no fue fácil, es duro, de hecho, mi hijo mayor quedó en Buenos Aires con sus tíos, pero el resto se acopló rápidamente. Yo ahora todos los días estaba en casa, antes no tenía la presencia, navegue mucho en los guardacostas.
Hasta acá la charla venia transitando detalles de la vida operativa del Prefecto Mayor, pero cuando le preguntamos acerca de ¿Cómo se compone la familia?, hubo momentos emotivos. Debimos intervenir. Entrecortado y con lágrimas de emoción Rodolfo intenta casi en vano explicar que la familia lo es todo; al lado del gran jefe, que el principal puerto argentino tuvo, hay un entorno reducido a la familia, los afectos, que torna la base de sustento incólume, incondicional, cimiento de lo que el hombre alcanzó y proyecta. No se esperaba otra cosa. Valores y agradecimientos a la familia quebraron en emoción esta charla. 40 segundos de silencio y un mar de lágrimas azotaron el rostro. Los hijos, su mujer, los afectos y el amor al descubierto, ese núcleo por el cual uno trabaja y ama encontraron el bajo fondo del navegante.
Intentando salir de la rompiente, casi arriba de las piedras, buscamos algunas preguntas menos emotivas para adentrarnos en mares menos turbulentos. En la fase operativa.
¿Cuál fue el desafío más importante de Mar del Plata? ¿Cómo fueron los inicios? ¿Cómo se hace para seguir el paso a estos locos de la pesca?
Mira, una de las primeras reuniones fue acá, en este despacho. Vinieron de las lanchas amarillas con algunos reclamos, eran varios pescadores, uno era una persona de 1.90 metros más o menos, me pateo la silla y me golpeo la mesa con su mano, la verdad me parecido tragicómico. Tenia que salir de esa desafortunada situación, eran otros cinco avalando esa situación.
¿Cuál era el problema?
Hacía varios días que no podían salir porque adeudaban unos trámites, no sabían cómo hacerlos y no deseo adentrar más en detalles para que no se incurra en saber quiénes fueron, eso es secundario.
¿Cómo reacciono Ud.?
Yo estaba sentado en ese sillón, -mientras lo señala con la mano- me paro, me acerco y lo abrazo mientras le decía, sentate acá, que le vamos a encontrar una solución. Yo sabía que era realmente una pavada y que en el marco estricto de la reglamentación se podía encontrar una rápida solución. Era un tema de titulación que no sabían como resolver. Es gente de mar, pescadores de raza que sin representación se veían en un problema. Había pescado, buen tiempo y no podían salir a pescar por un trámite administrativo de simple resolución conforme a ordenanza.
Con el paso del tiempo, a los seis meses me cruzo en El, y me dijo me dejaste mudo, pensé que ibas a reaccionar distinto, yo estuve muy mal, estaba molesto porque hacía tres días que no podíamos salir a trabajar. Me solucionaste todo, me abrazaste y a partir de ahí entendí que era otra Prefectura, una dispuesta a resolver los problemas de la gente que lo único que quiere es trabajar. Nosotros desde los 13 años estamos en las lanchas, hacer reglamentos para aplicar en flotas mercantes y querer aplicarlas en 4 maderas que apenas entramos nosotros es complicado. Lo más importante es que se le busco una solución conforme a la ordenanza escrita.
Eso me marco, me di cuenta que este es un puerto que no hay que trazar objetivos, simplemente resolver pragmáticamente los problemas que se presentan día a día. Todo tiene una solución siempre en el marco de la Ley y de la seguridad de la navegación. Lo voy a decir mañana en el discurso, ofrecer a quienes llegan a la dependencia con un problema y no solo atenderlos con una sonrisa, sino buscar si hay posible solución, marcar el camino, conducir hacia un destino donde los navegantes encuentren en el marco de las disposiciones de la Autoridad Marítima hacer las cosas bien. Y siempre se hacer entender que el camino es obrar bien, aun cuando hacerlo mal sea el camino aparente más corto y rápido.
¿Eso es vocación de servicio?
Cuando éramos muy jóvenes pensábamos que había cosas que estando en niveles jerárquicos de decisión podíamos aplicar y mejorar. Interpretar mejor el régimen de disposiciones y ordenanzas con un gran sentido común. Hoy es la misión del Prefecto Nacional Naval y su cuerpo jerárquico superior. Nos conocen, saben cómo trabajamos y nuestra predisposición para con el ciudadano. Eso es vocación de servicio, indicar cual es el camino, fomentarlo, ayudar a que la pesca sea dinámica, productiva. La prefectura acompaña, no traba. Nosotros somos gracias a la pesca, y una manera de retroalimentar este negocio esta actividad es enseñar por donde deben transitar en materia administrativa. La prefectura siempre le va a dar una solución si la exigencia está dentro de los valores y premisas impuestas por la Ley. Estamos para ayudar, estamos para servir al ciudadano, sea pescador, marinero, capitán o simplemente un turista que necesita ayuda en el mar. Hemos realizados infinidades de procedimientos por trata de personas, narcotráfico y hemos asistido a la comunidad en cada punto que se nos ha solicitado intervención, en barrios calientes. Llevamos adelante nuestra función con honestidad, decoro, coraje y valor, al menos es lo que hemos intentado transmitir desde este escritorio.
Sin dudas, se respira un aire de hombre de campo en la persona de Rodolfo. Gestos de hombre de bien.
Es verdad, como hombre de campo, criado con valores por nuestros padres, uno transmite eso. Pero además la formación en una institución como la Prefectura Naval Argentina forja y forma estos cuadros, pero además el estudio. Soy un hombre dedicado al estudio, estudie además abogacía, soy abogado y eso también ayuda a la hora de conducir a quienes desconocen los derechos y obligaciones del hombre de mar, como así los trámites administrativos que son a veces muy particulares. La prefectura tiene un solo objetivo fundacional que es preservar la vida humana en el mar y para eso hay protocolos, ordenanzas y procedimientos por cumplir. Nosotros estamos para hacerlos cumplir, pero además para indicar como se debe transitar.
¿Qué le dejo la comunidad de pescadores y armadores de Mar del Plata a Ud.?,
Uff mucho más de lo que parece a simple vista. Acá dejo amigos, amistades, relaciones muy palpables de amistad. La relación que propuse fue frontal, de amigo, para tratar de resolver sus problemas y se manifiesta cada vez que me encuentro con ellos. El abrazo y el agradecimiento que te hacen sentir es un aval a la tarea desarrollada. Sin prejuicios ni traiciones una relación de camaradería, para que puedan entender que la Prefectura no es un obstáculo sino parte de una solución.
¿Queda la vara alta para el próximo jefe?
No, cada uno ofrece lo máximo de sí. No tengo dudas que Abel (José Cristian Abel Viganó próximo jefe entrante) dará lo mejor por la conducción de esta delegación.
¿se puede poner la impronta de uno en la gestión?
Yo deje mucho más que eso, deje mi alma en esta delegación con toda mi gente. Dejamos el alma, la piel y el corazón, hicimos lo que vinimos a hacer. Acercar Prefectura a la comunidad de pescadores en el marco de la Ley y ellos, en cada recorrida, con un abrazo nos transmiten su agradecimiento.
¿Qué restó Mar del Plata al jefe?
Lo único que extrañe es no poder estudiar y capacitarme. Hice algunos cursos online pero la jefatura absorbe y compromete más de 15 horas al día. Es un puerto activo, demandante y si bien da muchísimo conocimiento y afianza vínculos, quita tiempo de estudio en mi caso. No puede leer mucho, Mar del Plata absorbe y demanda mucho tiempo.
¿Hacia dónde parte a cumplir con obligaciones que la jefatura le impone?
Voy a Chile, a Viña del Mar.
¿A partir de cuándo?
Bueno el 2 de enero debe presentarme en el Edificio Guardacostas en la secretaria de Asuntos Internacionales para tomar directivas de la nueva misión a Chile, como oficial de enlace. Tengo por delante enormes expectativas, compromiso y responsabilidad por la función que voy a desarrollar. Voy con las mejores intenciones.
¿Cuál es la función específica?
La función del oficial de enlace se base en un convenio internacional de cooperación mutua existente entre la Armada de Chile y la Prefectura Naval Argentina, entre la DIRECTEMAR de Chile y nuestra Institución. Tenemos un convenio de cooperación donde hay reciprocidad en relaciones institucionales, capacitación, búsqueda de beneficios para ambas instituciones en forma corporativa, relaciones públicas, institucionales, estudio y análisis de la seguridad en ambos océanos, representaciones, eventos, conferencias, seminarios, una vida algo más relajada, pero de mucho estudio.
¿Qué es la DIRECTEMAR?
Es el organismo de la Armada de Chile que como servicio público del Estado de Chile, cautela el cumplimiento de las leyes y acuerdos internacionales vigentes, para dar seguridad marítima, proteger la vida humana en el mar, zonas fluviales y lacustres; preservar el medio ambiente acuático y los recursos naturales marinos; ejercer la policía marítima y fiscalizar y regular las actividades que se desarrollan en el ámbito marítimo de su jurisdicción, con el propósito de contribuir al desarrollo marítimo de la nación. Sería la Prefectura Naval de Chile. La diferencia es que no es autónoma, es decir, solo hay tres servicios internacionales que son autónomos, Estados Unidos de América, Canadá y Argentina, el resto dependen de las fuerzas militares, de la marina de guerra de esos países.
¿Cómo es el nuevo jefe que tomara mañana el ejerció de la función que Ud. deja?
Es un oficial incluso que ya estuvo en Chile, es navegante muy dedicado al control de Tráfico Marítimo, un oficial con experiencia en navegación. Hemos trabajado juntos en el control de tráfico en Zarate durante un año. Él estuvo siempre en el Edificio Guardacostas en Gestión de Tráfico Marítimo, conoce el mar argentino, es un buen oficial, no tuve mucha relación con El porque tuvimos destinos distintos. Estuvo en varias patrulleras y guardacostas. >Tiene la misión de desregular, descentralizar y bajar los abusos burocráticos que el entramado de ordenanzas provocó a lo largo de los últimos años, bueno casi la directiva impuesta por la cúpula de la Prefectura Naval Argentina. Esta conducción busca agilizar los trámites administrativos y poner al servicio del usuario todo el andamiaje.
Por último, ¿que deja a la delegación?
Estoy convencido que la prefectura de Mar del Plata tiene muchísimo potencial, un material humano preferencial que le da un plus para convertir a Mar del Plata en cabecera, en una Dirección que pueda aportar a la desregulación de algunos departamentos. La operatividad de la delegación funciona muy bien, lo más importante es la relación con la comunidad, debiéramos profundizarla. La Prefectura Naval Argentina es parte de la sociedad y se siente. Ese vínculo hay que profundizarlo.
Acá debiese haber una Dirección que dé jurisdicción marítima y maneje la actividad como base en Mar del Plata. Estoy a favor que todo no puede pasar por el Edificio Guardacostas, trámites que pueden viajar virtualmente y hacerse directamente acá aprovechando la tecnología y redes de comunicaciones.
Desregular y descentralizar titulación, documentación, francobordo, SGS, análisis y otras gestiones que aprovechando la tecnología de hoy y la decisión política de esta nueva conducción debiesen poder ponerse en marcha. No se puede construir barcos a 600 metros de la delegación y que trámites simples deban viajar físicamente, cuando la tecnología del siglo XXI está a nuestro alcance. Eso sera parte de la eficientización de Mar del Plata.
Sin mucho más, dejó la delegación un hombre íntegro, un conductor y un responsable de buscar la solución a todos los problemas del sector pesquero. ¡Buenos vientos y mar calma para un nuevo desafío…!, Rodolfo… sin dudas, Mar del Plata, lo va a extrañar.