El Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y de Cabotaje Marítimo expresó su “total disconformidad” con los términos del acuerdo paritario alcanzado el 26 de junio entre Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca (AACPyPP) y las cámaras empresarias CAPIP y CAPeCA, en el marco de las negociaciones salariales del sector marítimo-pesquero.
Según el comunicado firmado por el secretario general del Centro, Mariano Moreno, y su delegado en Mar del Plata, Guillermo Méndez, el acuerdo “no representa ni resguarda adecuadamente los intereses de los trabajadores embarcados”. En particular, cuestionan duramente el nuevo esquema de liquidación salarial por producción.
Uno de los principales puntos de crítica es la modificación en la fórmula de liquidación del sueldo por producción. El Centro denuncia que el nuevo esquema implica una reducción concreta del salario: un 22% menos en los casos de exportaciones menores a 6.000 dólares por tonelada, y un 18% de baja para operaciones entre 6.001 y 7.500 dólares. Solo se mantendrían los valores actuales para exportaciones superiores a 7.500 dólares, una franja que, según los registros históricos del sector, no se ha alcanzado en los últimos 15 años.
Para ilustrar este punto, el comunicado recuerda que cuando se firmó el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) vigente en abril de 2016, el precio promedio del langostino entero rondaba los 5.620 dólares por tonelada, lo que representaba un esquema más favorable al que ahora se propone “bajo el pretexto de una mejora”.
El Centro de Patrones también cuestiona que la vigencia del nuevo acuerdo esté supeditada a la firma de un nuevo CCT, algo que consideran “totalmente inaceptable” por tratarse de un proceso extenso que podría demorar años. En ese sentido, rechazan la aplicación de cláusulas transitorias que alteran condiciones laborales básicas sin garantías claras de revisión ni plazos definidos.
Además, remarcan la “falta de participación y consulta” a todas las organizaciones con legítima incumbencia en la actividad, lo que —según expresaron— vulnera los principios de representatividad y diálogo democrático.
En el tramo final del comunicado, el Centro advierte que “la variable de ajuste no puede ser el salario” y valoran que el Gobierno nacional haya ofrecido alternativas para ayudar a las empresas del sector. Sin embargo, remarcan que “no hay ninguna señal que indique voluntad de las empresas por ceder o asumir parte del esfuerzo necesario para destrabar la situación”.
Por eso, se manifestaron dispuestos a retomar el diálogo en el marco de una “mesa seria”, con la participación de un comité de emergencia y acceso a toda la documentación que justifique los reclamos empresarios. “La solución a esta coyuntura exige responsabilidad compartida, información clara y respeto por el trabajador embarcado, no acuerdos parciales ni decisiones unilaterales que vulneran derechos elementales”, concluye el texto.
“No sé por qué lo han firmado así, es a la baja”
Consultado sobre las razones que llevaron a la Asociación de Capitanes a firmar este acuerdo, Méndez confesó no entender “por qué lo firmaron, ni por qué se apuraron a hacerlo”. Recordó que el convenio firmado en 2016 ya era bajo, y que “todos los capitanes estamos arriba de ese convenio; si lo hubiesen querido bajar desde el primer momento, las empresas nos pagan a convenio y ya está. Ahora con este nuevo esquema es menos todavía del convenio. No sé por qué, me da que pensar”.
Agregó con firmeza: “No sé por qué lo han firmado así, es a la baja.” Respecto a su participación en las negociaciones, señaló que aunque los llaman a las reuniones, “en el momento de negociar nunca nos hacen parte”.
En cuanto al comité de emergencia que proponen para revisar la situación, Méndez destacó que la idea es que las cámaras “presenten verdaderamente si están en crisis, porque a nosotros nunca nos mostraron nada. Salió un Excel que cualquiera puede hacer sobre sus gastos, pero de parte de capitanes y oficiales de máquina nunca se presentó documentación”. La composición de ese comité dijo que debe ser “más acotada, con uno o dos representantes de cada cámara, para revisar los papeles reales”.
Finalmente, sobre la voluntad de las cámaras para resolver el conflicto, Méndez expresó sus dudas: “No sé qué quieren. Pienso que la temporada anterior fue muy buena, hay langostino. El año pasado se pescaron 220 mil toneladas, se exportó menos, pero tienen un remanente. Además, salen a decir que iban a importar vannamei para cumplir con la demanda, -si fuese cierto un verdadero despropósito-, pero eso no es lo mismo, todos saben que el camarón de cultivo no es lo mismo que el salvaje, natural y no pueden hacerlo pasar por salvaje. ¿Van a comprarle a su principal rival?”.
El Centro reafirma su compromiso con la defensa del trabajo digno y con el desarrollo sustentable de la actividad pesquera, y exige la urgente revisión del acuerdo firmado, con la inclusión activa de todas las organizaciones con representación efectiva en el sector.