Los buques de bandera nacional abocados a la captura del calamar decrecieron en número durante los últimos años, cuando el negocio del illex se vio afectado por menores capturas y fluctuantes respuestas del mercado.
Desde el Consejo Federal Pesquero consideran que la pesquería se sostiene con unas 100 unidades operando. La sentencia es de 2006 y soslaya que el Inidep discontinuó las campañas de investigación científica sobre el recurso que la respaldaban.
Lo cierto es que durante esta temporada trabajaron unos 68 poteros. Esto, según los argumentos emanados del Consejo, también redujo la participación de la flota nacional en las capturas totales que entrega el área de distribución.
A partir de este escenario, los consejeros aprobaron esta semana un cambio en la política que regula la reformulación de proyectos pesqueros. Buscan la renovación y modernización de la flota potera junto a una mayor presencia en el Área Adyacente (Milla 201).
“Teniendo en cuenta los antecedentes reseñados, los objetivos de política pesquera y la planificación de su desarrollo ordenado y sustentable, se considera necesario fijar una política de reformulación de proyectos de pesca”, se argumentó.
Concretamente, habilitaron el reemplazo de unidades por otras de igual o mayor capacidad de pesca, nuevas o de hasta diez años de antigüedad y aptas para la operatoria en alta mar; incursión que, vale recordarlo, demanda un permiso de gran altura.
Cierre del caladero
Por otra parte, se informó que el pasado 7 de junio se produjo el cierre total de la pesquería de calamar y, consecuentemente, se ordenó el regreso a puerto de todos los buques que se encontraban faenando.
De todas maneras, no eran más de diez las embarcaciones que aún sostenían algún tipo de actividad sobre el calamar en los rectángulos 3956 y 3957. Las capturas fueron decreciendo y estuvieron conformadas por individuos pequeños, mayoritariamente inmaduros.
Según datos de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, las descargas acumuladas treparon hasta las 107.480 toneladas. El volumen acumulado sobre los muelles hasta mediados de junio marca un crecimiento del 11,3 por ciento respecto a igual período de 2017.
Habilitó el reemplazo de barcos por otros nuevos con mayor capacidad de pesca o usados de hasta diez años de antigüedad.
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