A unos 300 kilómetros de la costa marplatense, pero en la profundidad, se está llevando adelante una campaña científica. Se trata de Talud Continental IV, una expedición que explora los ecosistemas abisales del cañón submarino Mar del Plata, una región tan profunda como enigmática a 148 millas náuticas al Este de la ciudad.
A bordo del buque de investigación RV Falkor Too, más de 30 científicos —en su mayoría argentinos— llevan adelante esta exploración de biodiversidad profunda con el respaldo del Schmidt Ocean Institute, una organización privada sin fines de lucro con sede en Estados Unidos. La nave cuenta con tecnología de punta y un protagonista que cautiva a científicos y usuarios por igual: el ROV SuBastian, un vehículo operado remotamente, capaz de descender hasta los 4.500 metros, recolectar muestras y transmitir imágenes en tiempo real en alta definición.
La posibilidad de ver en directo lo que sucede en el fondo del océano Atlántico desató una verdadera revolución en redes sociales. La transmisión en vivo a través de YouTube, que comenzó con apenas unos cientos de espectadores, hoy reúne en simultáneo a más de 8.000 personas de todo el mundo. Los videos publicados en los últimos días ya superan las 100.000 visualizaciones, y los usuarios se conectan con frecuencia para observar cómo el ROV se adentra en ambientes inexplorados.
Además de registrar imágenes de alta calidad, el equipo científico recolecta cuidadosamente especies y muestras del fondo marino para ser estudiadas en profundidad una vez concluida la campaña. Muchas de estas formas de vida no solo nunca habían sido filmadas, sino que tampoco habían sido recolectadas vivas, lo que abre nuevas posibilidades para la investigación biológica, genética y ecológica.
La expedición despertó una suerte de fenómeno cultural: los usuarios de redes sociales, especialmente en X «bautizan» con nombres simpáticos a las especies descubiertas. Una holoturia de color violeta, por ejemplo, fue apodada “Batatita” por su parecido a un tubérculo.

Una estrella marina con forma peculiar fue nombrada “Patricio Estrella”.

Muchos de los animales registrados nunca habían sido vistos antes vivos y en su entorno natural, lo que da aún mayor dimensión al impacto del proyecto.
La claridad de las imágenes captadas —de una nitidez sin precedentes— permite observar con detalle los movimientos, colores y formas de invertebrados marinos extraordinarios. Estas observaciones abren nuevas puertas para entender procesos clave del ecosistema profundo, aún poco conocidos por la ciencia.
Pero no todo es asombro. A medida que el vehículo desciende y recorre el lecho marino, también se encuentran huellas de la presencia humana que no debería estar allí: botellas plásticas con inscripciones chinas, papeles y otros objetos a más de 1.200 metros de profundidad. Uno de los hallazgos más impactantes fue una botella plástica incrustada en el fondo del océano y aplastada por la fuerza hidrostática de la columna de agua a esa profundidad, un recordatorio doloroso de que la contaminación marina alcanza incluso los confines más remotos del planeta.




Este descubrimiento reaviva el debate sobre la necesidad de actuar con urgencia frente al problema de los residuos plásticos en el océano, una amenaza creciente para la vida marina y la salud de los ecosistemas.


La propuesta de Talud Continental IV es inédita en el país y representa una combinación única de rigor científico, divulgación abierta y participación social. En palabras simples: por primera vez, miles de personas pueden asistir en tiempo real al hallazgo de criaturas que parecen salidas de una película de ciencia ficción, pero que existen, aquí mismo, en nuestro mar.
La ciencia, la curiosidad y el asombro se conectan bajo las aguas profundas del Atlántico, en una travesía que muestra que, incluso en la era digital, explorar sigue siendo una de las mayores aventuras humanas.