Tras dos semanas intensas de exploración y miles de espectadores siguiendo en vivo la transmisión, concluyó la expedición Talud Continental IV, una colaboración entre el CONICET y el Schmidt Ocean Institute en el cañón submarino Mar del Plata.
El equipo trabajó a bordo del buque Falkor Too, que permitió explorar a profundidades de hasta 3.900 metros, registrando por primera vez imágenes en ultra alta definición de especies y hábitats poco conocidos del Atlántico Sur.
La misión, que comenzó el 23 de julio, contó con el uso del vehículo operado remotamente (ROV) SuBastian, un equipo tecnológico de avanzada que se empleó por primera vez en aguas argentinas para captar imágenes submarinas y recolectar muestras sin alterar el ecosistema. La transmisión en vivo alcanzó un récord de audiencia, ubicándose como el segundo contenido más visto en YouTube en su categoría, superando a numerosos canales populares de streaming.
Con el respaldo del Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET) y otras prestigiosas instituciones argentinas —como el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”, el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC), la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET)—, el equipo científico avanzó en el análisis de hábitats vulnerables, biodiversidad bentónica, carbono azul, ADN ambiental y la preocupante presencia de microplásticos y residuos humanos en las profundidades marinas.
Al finalizar la misión, los investigadores expresaron su profundo agradecimiento por el acompañamiento masivo del público y resaltaron el valor de la ciencia nacional en el país. Una de las investigadoras sintetizó el espíritu del proyecto: “No podemos dejar de agradecer a la universidad pública que nos formó. Estamos orgullosos de haber estudiado en esas casas de estudio y de trabajar para el CONICET, haciendo ciencia por y para el país.”
Durante la transmisión final, el equipo envió saludos a sus familias y amigos, reconociendo el apoyo fundamental que reciben en cada expedición. Además, compartieron algunas impresiones sobre los resultados preliminares: encontraron una gran cantidad de corales duros y numerosas especies desconocidas, muchas de las cuales aún no han podido identificar y que requerirán investigación futura. “Aún queda mucho trabajo por delante,” afirmaron con entusiasmo y compromiso.

El compromiso para futuras exploraciones ya está en marcha, con planes de realizar nuevas expediciones en Uruguay y otras áreas del Atlántico Sur, manteniendo la modalidad de compartir en vivo cada paso del descubrimiento para que la sociedad continúe siendo parte activa de esta aventura científica.
Por último, el equipo solicitó a la comunidad que, una vez amarrado el buque de regreso, se evite acercarse al puerto para agilizar la descarga de materiales y facilitar el rápido traslado del equipamiento a sus respectivos laboratorios y hogares. Agradecieron profundamente al Instituto de Biología de Organismos Marinos por la oportunidad, al CONICET y a todas las instituciones donde trabajan cada uno de los 25 investigadores que formaron parte de esta misión.
Esta expedición no solo amplió el conocimiento sobre la riqueza y complejidad de los ecosistemas marinos argentinos, sino que también reafirmó el poder de la ciencia nacional y el trabajo colectivo. Cada imagen, cada muestra y cada dato recogido son un testimonio del compromiso y la pasión de quienes, con dedicación y esfuerzo, se adentran en lo desconocido para proteger y comprender la importancia de los océanos.