Tras cuatro meses de tareas en alta mar, finalizó la primera etapa de estudios sísmicos en las áreas CAN-107 y CAN-109, ubicadas a unos 200 kilómetros de la costa de Mar del Plata, dentro de la Cuenca Argentina Norte. La campaña fue llevada adelante por las empresas Shell y Qatar Petroleum, mediante tecnología de sísmica 3D con los buques PxGeo2 en calidad de explorador, y los remolcadores de aguas profundas, Sunrise G (supply), y Candela S.

Ahora comienza una etapa clave: el análisis de los datos recolectados, que permitirá a las compañías evaluar la posibilidad de avanzar hacia una segunda fase del proyecto offshore. Esta nueva instancia implicaría la perforación de un pozo exploratorio, previa autorización de la Secretaría de Energía.
Pese a que en una fase anterior se perforó un pozo sin resultados positivos, desde el sector energético insisten en que la actividad tiene carácter de largo plazo y que el potencial de la región justifica la continuidad del trabajo.
En caso de hallarse hidrocarburos, se estima que el desarrollo de la infraestructura necesaria —que incluye buques especializados para el procesamiento de petróleo, gas y agua— demandaría inversiones de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares, además de un período de entre tres y cinco años para su implementación.
A ese proceso se sumarían al menos dos años adicionales de perforación, junto con el tiempo requerido para la construcción y puesta en marcha de las instalaciones.


Según proyecciones preliminares, una eventual producción frente a las costas de Mar del Plata podría concretarse en un plazo estimado de hasta 30 años.

Mientras tanto, el avance de la actividad offshore continúa siendo considerado por diversos actores como una oportunidad estratégica para el desarrollo regional, aunque su concreción depende de una planificación técnica sostenida y de la continuidad de políticas energéticas a largo plazo.