El colectivo “Ni un hundimiento más”, realizó un pedido al subsecretario de Recursos Acuáticos y Pesqueros. Se muestran preocupados ante la posible importación de buques usados para trabajar en la industria pesquera argentina.
El pedido fue realizado a través de una nota al titular del área de pesca a nivel nacional José Antonio López Cazorla, donde reflejan su preocupación por el posible ingreso de entrada de buques usados para ser incorporados a la flota argentina.
“Esperamos que se revea esta decisión que consideramos nefasta”, expresaron de modo tajante desde el colectivo, en la nota que también fue enviada al subsecretario de Industria de la Nación Lic. Javier Cardini, de quien depende tal decisión.
“Nos dirigimos a Usted en representación del colectivo ‘NI UN HUNDIMIENTO MAS’ para manifestarle nuestra profunda preocupación ante trascendidos periodísticos que indican que un grupo empresario estaría bregando por importar al menos 5 barcos pesqueros usados cuyas antigüedades son de 43, 35, 37, 36 y 25 años respectivamente”, describieron puntualmente, haciendo referencia a los buques Otto N. Thorlaksson, Don Andrés I, Inuksuk, Lennuk y Cova Balea, salvo el primero, todos congeladores entre 45 y 68m de eslora operando bajo bandera española, pero para reemplazar a viejos fresqueros de gran porte hoy operativos en el puerto de Mar del Plata.
La nota enviada a los dos funcionarios mencionados indica: “Como Usted bien sabe, nuestra organización ha luchado incansablemente luego de los hundimientos de los buques ‘REPUNTE’ y ‘RIGEL’ para que estableciera una norma que limitara la antigüedad de los buques pesqueros. Finalmente se sancionó el DNU 145/19 que establece una vida útil máxima de 40 años, aunque siempre estuvimos disconformes con que ese límite comenzará a regir dentro de 20 años o 14 mejor dicho porque ya han pasado 6 desde la firma del DNU.”
“De todos modos la renovación de la flota comenzó a darse con barcos nuevos y este ha sido un proceso que celebramos ya que se han reducido la cantidad de accidentes fatales. Sin embargo somos conscientes que esto no solo se debe al DNU 145, sino también a la decisión de no permitir la importación de barcos usados”, les explicaron a los funcionarios en la nota recientemente enviada.
“Si esa decisión de impedir la importación de barcos usados fuera cambiada es evidente que todo este proceso se discontinuaría. ¿Qué armador va a creer que dentro de 14 años no puede haber buques pesqueros que tengan más de 40 años de antigüedad si el Estado permite hoy la importación de barcos que ya tienen casi 40 años? Además donde un primer caso prospere es evidente que habrá una catarata de pedidos de importación similares. La edad promedio de la flota volverá a subir y todo el esfuerzo habrá sido en vano.”
El colectivo además los sindica como potenciales responsables si se produjera la situación de la importación de los buques, algo que trascendió en las últimas horas: “Por más que ustedes o la propia Prefectura nos aseguren que estos barcos están en buenas condiciones todos sabemos que un buque de más de 20 años de antigüedad puede tener vicios ocultos imposibles de detectar. Por ello, e independientemente de hacerlos responsables por los daños que una eventual autorización de importación vaya a generar, los haremos también responsables de las pérdidas de vidas humanas que pudieran ocurrir en estos buques ante un accidente, ya que nuestro país estará aceptando incorporar barcos que las naciones del primer mundo rechazan”.
“Por todo lo expuesto confiamos que estas autorizaciones de importación y transferencias de permisos de pesca sean denegadas”, concluyeron en el envío escrito a las autoridades a través de “Ningún Hundimiento Más”.
No obstante se supo que referentes de la pesca argentina ven como una competencia desleal y un perjudicial cambio de reglas de juego en detrimento de la seguridad de las tripulaciones, el hecho de construir buques nuevos dentro del paradigma de la Ley Federal de Pesca en defensa de la seguridad en la navegación y ahora se permita una apertura indiscriminada de buques usados con desconocida procedencia y mantenimiento. Es relevante subrayar que no se pone en duda la seguridad de barcos antiguos, sino que se reconoce que su vida útil es limitada en comparación con los nuevos. Optar por barcos de esta antigüedad denota una visión de negocio a corto plazo en la pesca, con un compromiso menor tanto con el sector como con el país, en contraste con la inversión en nuevas embarcaciones, ya sean de origen nacional o extranjero. Es esencial desalentar este tipo de inversiones de oportunidad y de vuelo corto confiando en que las autoridades tomen las medidas adecuadas y con proyección hacia los próximos 20 o 30 años.