Diversas inquietudes cruzaron el encuentro que la semana pasada mantuvo la Comisión de Análisis y Seguimiento de las Pesquerías de Especies Pelágicas en el Inidep. El foco estuvo puesto en la merma que vienen registrando tanto anchoíta como caballa.
Fueron los propios representantes de las plantas de procesamiento, que participaron por primera vez de la comisión, los encargados de alertar sobre la falta de materia prima en el circuito productivo como consecuencia de menores niveles de captura.
“Las empresas conserveras plantean que actualmente necesitan materia prima y que adicionalmente a las dificultades de financiamiento y de mercado por incremento de importaciones de enlatados, están restringiendo la producción”, se reflejó en el acta a la que tuvo acceso Pescare.com.ar.
La síntesis partió de lo expresado por Víctor Inchaurrondo (La Campagnola), Antonio Di Scala (Mar Picado), Miguel Csen (Marbella), Alejandro Pennisi y Sebastián Greco (Cámara de Industriales del Pescado), Marín Di Scala (Delicias) y Damián Delicio (Industria Anchomar).
De acuerdo a la información presentada por la Subsecretaría de Pesca de la Nación, durante 2016 se descargaron apenas 8.712 toneladas de anchoíta y 11.987 de caballa. Aunque con atisbos de recuperación intermedios, ambas vienen cayendo desde 2010 a esta parte.
El panorama es aún más complejo debido a las noticias que llegan desde España, que por su peso impacta en el mercado de la Engraulis. El Cantábrico está registrando la mayor biomasa de los últimos treinta años, asoman allí ejemplares de gran tamaño (hasta 23 piezas por kilo), aunque se mantiene alta la demanda y con precios en alza.
En el ámbito local, se planteó que la falta de información sobre las especies impacta entre los armadores, que desconocen si pudo haberse registrado un cambio en la distribución. “Se genera un problema grave para que la flota sepa dónde encontrarlas”, trascendió.
Sobre ese punto, coincidieron José Ramaci (Cámara de Armadores de Buques Pesqueros de Altura), Sebastián Agliano (Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera), Césas Ciciotti y Mariano González (Udipa), Franco Boccanfuso y Juan Pablo Buono (Cámara de Armadores de Buques de Rada o Ría y Costeros).
Nuevo pedido al Inidep
Mejorar el conocimiento permitiría reducir los costos. De allí que partió un nuevo pedido para que el Inidep instrumente campañas de investigación específicas. Sin embargo, con sus tres barcos inactivos por problemas técnicos el objetivo no parece posible en lo inmediato.
En cualquier caso, desde el instituto informaron que las recomendaciones de captura para este 2017 serán “similares” a las de años anteriores, pero remarcaron también la necesidad de profundizar la evaluación científica. De esa manera, los técnicos podrían incorporar estimaciones de abundancia y actualizar datos.
Por otro lado, los armadores plantearon que el requerimiento de parada biológica para los buques de cuentan con cuota de merluza hubbsi limita sus posibilidades de desviar esfuerzo a especies pelágicas, que no interfieren con la pesquería de merluza.
Cupo para costeros
El Consejo Federal Pesquero finalmente le otorgó a la Asociación de Embarcaciones de Pesca Costera un cupo extraordinario de 10 mil toneladas de especies pelágicas para ser distribuidas durante 2017 entre todos los buques que forman parte de la entidad, tal como lo habían solicitado.
El volumen deberá ser pescado en la zona ubicada al norte del paralelo 41° Sur por las embarcaciones de rada/ría y/o costeras que no hayan participado de la temporada de langostino. La Dirección Nacional de Coordinación Pesquera será la encargada de establecer el mecanismo de distribución.
Así quedó expuesto en la comisión de seguimiento. Las conserveras necesitan materia prima, pero a la flota le cuesta localizar los recursos y siguen faltando campañas de investigación.
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