La Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca subrayó mediante un comunicado el rol de la doble balsa salvavidas en el naufragio del buque costero “Carmelo A”, ocurrido el pasado martes por la noche en el área de “El Rincón”.
Según el análisis que hicieron desde el gremio que conduce Jorge Frías, contar con ese elemento de seguridad en cada una de las bandas contribuyó al rescate de sus tripulantes.
“Antes de que el buque se fuera a pique, los ocho tripulantes pudieron salvar su vida abordando la balsa salvavidas del lado de estribor del pesquero malogrado, debido a que el acceso a la balsa ubicada a babor era más peligroso”, apuntaron.
Luego, agregaron: “Estar equipado con dos balsas determina la posibilidad no sólo de arrojar al agua la más conveniente; sino también que al hundirse el buque cuente con un elemento de salvamento más, mejorando la flotabilidad y visibilidad para la búsqueda, rescate y mejor pasar de los náufragos”.
Claves del operativo
Para Capitanes, esto demuestra que las medidas de seguridad implementadas a instancias de los aportes realizados por el propio sindicato y el resto del sector, más la preparación de los trabajadores, ayudó a configurar un desenlace sin pérdidas de vidas.
La versión de lo ocurrido en la noche del martes se desprende de la declaración que ofreciera el capitán, Guillermo Cejas, ante Prefectura. Se presume que el corrimiento de la carga (caballa) hacia una de las bandas había provocado la desestabilización del costero.
“El capitán del “Carmelo A” detectó el riesgo y junto con el resto de la tripulación tuvo una actuación precisa, alertando de la situación”, subrayaron desde la entidad. Cejas, vale recordarlo es afiliado a la Asociación y contó con la asistencia de la entidad.
El pedido de auxilio motivó la intervención del barco “Pucará”, que estaba en la zona. La unidad terminó por rescatar a los sobrevivientes y pudo regresar al puerto de Mar del Plata en la noche del miércoles 23 de septiembre.
Marco normativo
La Disposición de Prefectura 962/2018 es la que establece la obligatoriedad de contar con dos balsas salvavidas en buena parte de la flota. La medida surgió tras los hundimientos del “Repunte” y del “Rigel”, ocurridos en junio 2017 y junio de 2018 respectivamente.
Previo a la redacción de norma, dirigentes de la Asociación conjuntamente con representantes de Prefectura, cámaras empresarias y otros gremios habían presentado una propuesta para mejorar la seguridad los buques pesqueros.
El proyecto, que preveía elementos de salvamento por tipo de flota y eslora, finalmente vio la luz y acompañó a lo que ya estaba dispuesto en la Disposición 1/18 referido a los trajes de inmersión.
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