En el din谩mico y desafiante escenario corporativo contempor谩neo, la competencia empresarial emerge como un factor determinante que moldea el destino de organizaciones y emprendedores. En el marco de un sistema meritocr谩tico, el 茅xito es concebido como el resultado del talento, la estrategia y el esfuerzo. Sin embargo, cabe preguntarse hasta qu茅 punto esta premisa se sostiene en la realidad.
Para responder a esta interrogante, es imprescindible articular las concepciones filos贸ficas cl谩sicas y modernas con los fundamentos del mercado actual, contrastando la igualdad social promovida por un Estado omnipresente con un modelo donde la intervenci贸n estatal se reduce al m铆nimo, evidenciando que, por naturaleza, la equidad no se encuentra en los individuos, sino 煤nicamente en el marco de la Ley.
Desde la 贸ptica de la 茅tica en los negocios, el desarrollo empresarial deber铆a sustentarse en la pr谩ctica de la virtud y en la b煤squeda del bien com煤n. La importancia de la prudencia (鈥減hronesis鈥) y la justicia en la toma de decisiones, principios que, de haberse mantenido vigentes, habr铆an favorecido la consolidaci贸n de un modelo empresarial sostenible, austero. Sin embargo, la exacerbaci贸n de ciertos valores y la carencia de principios han conducido a una crisis estructural.
El sector viol贸 serialmente todas las leyes, el resultado, la proliferaci贸n de nuevas empresas espurias y nuevos empresarios ricos basados en la ventaja criolla. El verdadero colapso del sistema, que hoy se manifiesta deslindando responsabilidades y atribuyendo en el Estado, los mercados internacionales, los precios y hasta el costo de la mano de obra. La culpa, siempre es del otro, incluso del que relata los sucesos de una etapa de reajustes y contracciones que llegan al sector. El problema es que han construido imperios con cimientos de arena dentro de la marginalidad de estructuras rayanas a los l铆mites de la Ley.
Si hoy, existieran controles en rigor a las ordenanzas, disposiciones, resoluciones y al estricto cumplimento de la Ley, el 70% de la flota queda parada con la desaparici贸n de gran parte de los actores.
Los factores externos, como los mercados internacionales, la presi贸n tributaria y los elevados costos productivos, han precipitado y expuesto esta situaci贸n. En el sector pesquero, la industria enfrenta dificultades considerables, agravadas por una segmentaci贸n interna que socava su cohesi贸n en momentos cr铆ticos.
Mar del Plata, la capital indiscutible de la pesca en Argentina, se convierte en el epicentro de una crisis que se manifiesta en la fractura de la cadena de pagos, un fen贸meno que no es fortuito, sino el resultado de un modelo empresarial basado en la especulaci贸n, el oportunismo y la falta de conocimiento en la gesti贸n de empresas de abultada facturaci贸n pero de escasa capacidad de gerenciamiento en la adversidad.
Algunos actores, carentes de escr煤pulos, buscan trasladar sus problemas estructurales a terceros, utilizando como pretexto los acuerdos salariales retroactivos de los convenios colectivos de trabajo. Sin embargo, el verdadero problema radica en la fragilidad de sus estructuras operativas, productivas y comerciales, edificadas sobre bases endebles, sin 茅tica ni visi贸n a largo plazo y muchas veces al borde de la Ley.
La calidad y la competitividad son elementos esenciales en cualquier industria, y la pesca no es la excepci贸n. Mientras algunos empresarios invierten esfuerzo y dedicaci贸n en modernizar sus herramientas y procesos productivos e industriales, otros perpet煤an un modelo obsoleto, confiando en la uniformidad de precios en los muelles. Confundiendo igualdad con equidad.

No obstante, esta din谩mica est谩 destinada a cambiar. La calidad, tarde o temprano, se impondr谩 como un diferenciador ineludible en un mercado cada vez m谩s exigente. La vocaci贸n al trabajo con pasi贸n por el arte de la pesca doblegar谩 el oportunismo. Las divisiones ser谩n entre gente de barcos y gente con barcos.
En su af谩n de consolidar posiciones de dominio, ciertos actores han descuidado los est谩ndares de calidad, lo que ha derivado en el rechazo de exportaciones debido a productos en condiciones deplorables. En algunos casos, la 煤nica v铆a para reintroducir estos productos en el mercado internacional ha sido mediante procesos de reconstituci贸n qu铆mica gracias a aditivos m谩gicos, lo que no solo deteriora la reputaci贸n del sector, sino que tambi茅n mina su credibilidad ante clientes internacionales. A ello se suma la acci贸n de intermediarios inescrupulosos que, al manipular precios de referencia a la baja, sofocan a sus propios proveedores de materia prima, acelerando su ca铆da. La historia reciente es testigo de c贸mo este modelo ha conducido al colapso de plantas procesadoras en el sur del pa铆s, evidenciando que la falta de 茅tica y previsi贸n tiene consecuencias ineludibles.
La meritocracia empresarial deber铆a sustentarse en la legalidad y en principios s贸lidos. Un recorrido por los muelles y un di谩logo con exportadores permiten discernir con claridad qui茅nes operan con seriedad y qui茅nes han construido su andamiaje sobre bases cuestionables, como paracaidistas que llegaron al sector sin saber de qu茅 se trata, por un simple negocio netamente financiero. Y lo peor es que desean modificar el esp铆ritu y arquitectura de trabajo de los hist贸ricos pescadores que siempre vivieron de lo operativo.
El esquema tradicional de segmentaci贸n geogr谩fica entre el norte y el sur se diluye para dar paso a una nueva configuraci贸n, en la que los verdaderos trabajadores del sector, independientemente de su ubicaci贸n, se consolidan, mientras que aquellos que han basado su modelo de negocio en la especulaci贸n, lo financiero y la ilegalidad se encaminan hacia una decadencia inevitable. Los buenos del norte, con los buenos del sur, ser谩n quienes dignifiquen y lleven adelante el crecimiento y desarrollo sustentable del sector.
Nos encontramos en un punto de inflexi贸n. Algunos empresarios lograr谩n fortalecer sus estructuras y capitalizar las oportunidades emergentes, mientras que otros, atrapados en la informalidad y la precariedad, enfrentar谩n su inexorable declive. La pregunta esencial es: 驴puede un modelo sustentable edificarse sobre el l铆mite de la Ley? Para algunos, la respuesta es afirmativa, pero la realidad demuestra que en un entorno de creciente fiscalizaci贸n, la selecci贸n natural del mercado se torna implacable. Despu茅s de d茅cadas de distorsiones monetarias y vicios estructurales, el modelo econ贸mico ha mutado hacia una normalizaci贸n de lo estrictamente operativo. No obstante, la verdad es categ贸rica: en un sistema donde los controles se profundizan, la supervivencia empresarial solo es posible a trav茅s de la formalidad, la excelencia operativa y la clara visi贸n de ofrecer lo que el mundo necesita o de encontrar el nicho de demanda que justifique toda inversi贸n.
La excelencia empresarial no es producto del azar, sino el resultado de la pr谩ctica constante y del dominio de la virtud en la toma de decisiones en un marco de demanda que necesariamente se deber谩 modificar la oferta de lo que se les brinde.
Trabajo, perseverancia, capacitaci贸n y profesionalismo son los pilares de una competitividad leg铆tima. En teor铆a, un sistema meritocr谩tico deber铆a seleccionar a los mejores para liderar el mercado; sin embargo, en la pr谩ctica, el acceso privilegiado a recursos y oportunidades introduce sesgos que distorsionan la ecuaci贸n del m茅rito. A muchos, de continuar con estap olitica, se les acaba.
El concepto de 芦destrucci贸n creativa禄 en el 谩mbito corporativo nos recuerda que la competencia no solo premia la innovaci贸n, sino que tambi茅n castiga la inercia. Empresas que no se adaptan a las exigencias del mercado quedan relegadas al olvido. Sin embargo, es leg铆timo cuestionar si el mercado realmente garantiza un acceso equitativo a todos los competidores o si la ret贸rica meritocr谩tica es, en 煤ltima instancia, una construcci贸n de poder que perpet煤a desigualdades estructurales.
En la pr谩ctica, la competencia en un sistema meritocr谩tico exige una combinaci贸n de m煤ltiples factores estrat茅gicos: innovaci贸n, transformaci贸n, 茅tica empresarial, responsabilidad social y capacidad de adaptaci贸n. La demanda del mercado ha cambiado radicalmente; mientras algunos insisten en modelos de producci贸n obsoletos, otros comprenden que la clave radica en la diversificaci贸n y la adecuaci贸n a las nuevas exigencias de los consumidores. La industria pesquera y naval argentina ha atravesado m煤ltiples crisis a lo largo de la historia, desde los efectos del 芦Rodrigazo禄 hasta la crisis del 芦corralito禄, y siempre ha sido el esfuerzo y la capacidad de adaptaci贸n lo que ha determinado qui茅nes han logrado prosperar y qui茅nes han sucumbido.
Las viejas antinomias geogr谩ficas se desdibujan en favor de una nueva dicotom铆a: aquellos que trabajan con calidad y visi贸n de futuro, y aquellos que insisten en pr谩cticas espurias. Dejando de lado la rivalidad Norte-Sur, sino avanzando en un modelo buenos empresarios-malos empresarios. M谩s respeto, la historia del trabajo pesquero prevalece por los yuppies de la pesca. Con este modelo que ingres贸 Argentina, aventureros abstenerse.
Sobre la segunda mitad de la semana pasada, ya empezaron a deambular los primeros cheques con problemas t茅cnicos, en el mejor de los casos, y por valores que se estiman en 300 millones de pesos, por ahora.
En este contexto, la inflaci贸n descontrolada ha permitido la proliferaci贸n de modelos de negocio basados en la especulaci贸n financiera, pero cuando las reglas del juego cambian y el sistema exige producci贸n real y eficiencia operativa, solo los genuinamente competitivos prevalecer谩n por eso ya hay empresas haciendo agua. La depuraci贸n del sector es inminente, y quienes pretendan sostenerse con lobbies o prebendas estatales enfrentar谩n un destino inexorable: la obsolescencia.
Antonini de Jim茅nez聽(Marchena, Sevilla) es doctor en econom铆a y profesor. Actualmente reside en Colombia, desde donde publica asiduamente en sus redes sociales v铆deos explicando la situaci贸n del mercado y el valor de un verdadero empresario. Es bueno entenderlo y comprender hacia d贸nde se debe mover las piezas de este entramado ajedrez.
El desaf铆o es ineludible: construir un modelo donde la igualdad de condiciones no sea una utop铆a, sino una norma tangible, donde la excelencia sea el 煤nico criterio de 茅xito. Se acab贸 el tiempo de los privilegios, las gestiones a puertas cerradas y el tr谩fico de influencias en los pasillos de Paseo Col贸n. Ha llegado la hora de la verdadera competencia empresarial, entonces la pregunta que cae por propio peso es, 驴hay crisis en la pesca, o hay un reacomodamiento entre verdaderas empresas bien administradas y las otras?.
Y, como siempre, es una opini贸n que puede o no coincidir, Ud est谩 a un solo clic de leer otra cosa m谩s af铆n, por eso se expone al criterio del lector, anticipando que no son 4 los puntos cardinales como tampoco 7 los colores del arco iris, dejando las consideraciones de esta temeraria din谩mica a su juicio, y sugiriendo que no la desconozca ni pierda tiempo鈥
Buen domingo para todos..!






