La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) insiste con mantener los pescados capturados ilegalmente lejos las mesas de los consumidores y de los estándares que rigen el comercio.
En tal sentido, la entidad avanza hacia la implementación de normas acordadas a nivel internacional. Se trata de un sistema de documentación para rastrear el pescado desde su captura hasta el plato del consumidor.
La semana pasada, un proyecto de directrices voluntarias sobre sistemas de documentación de las capturas fue aprobado por unanimidad. La consulta técnica le puso fin a una negociación que ha durado cinco años, según se informó.
Instancia clave
El siguiente paso es que sea adoptado por todos los miembros de la FAO durante la Conferencia bianual que tendrá lugar en Roma, Italia, del 3 al 8 de julio.
Una vez aprobadas por la Conferencia, las directrices actuarán como una «regla de oro» reconocida a nivel internacional por los gobiernos y empresas que buscan establecer sistemas de trazabilidad y luchar contra la pesca ilegal.
El objetivo es impedir la llegada al mercado de pescado capturado ilegalmente, una problemática que pone en riesgo la sustentabilidad de distintas pesquerías alrededor del globo.
Para dimensionar el impacto de estas prácticas, basta mencionar que la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada (INDNR) extrae cada año de los océanos hasta 26 millones de toneladas adicionales de peces.
Documentación
En tanto, los Sistemas de Documentación de las Capturas (SDC) ofrecen una forma de limitar el comercio de esos productos. En el proceso intervienen las autoridades de cada país certificando las capturas, como ya lo viene haciendo la Argentina desde hace algunos años. «Estamos adelantados en esa materia», exponen las empresas locales.
“Sólo los pescados con documentación válida pueden ser exportados o comercializados a mercados donde exista el requisito del SDC”, apuntan desde la FAO.
Con el comercio de productos pesqueros en niveles récord y la demanda de los consumidores en aumento, los sistemas de documentación de las capturas se ven como una herramienta que podría amplificarse.
El primer paso lo dio la Unión Europea, que viene utilizado un SDC que comprende todos los envíos de pescado importados. Por su parte, en 2016, los Estados Unidos anunciaron la creación de su propio programa de seguimiento de las importaciones pesqueras.
Soporte digital
Las nuevas directrices recomiendan ir más allá de la documentación en papel, de modo que la información sobre los envíos de pescado se registre preferentemente en un sistema digital que puede consultarse en cualquier punto de la cadena de valor, reduciendo la carga administrativa y a la vez las oportunidades de fraude.
Para ser eficaces, los SDC deben ser relativamente sencillos y adaptables a las diferentes circunstancias pesqueras, de modo que los actores de la cadena los encuentren útiles y fáciles de usar, un requisito que incluyen las nuevas directrices.
“El SDC sólo tendrá éxito si existe una sólida coordinación internacional”, explicó Audun Lem, director adjunto de la División de Políticas y Recursos de la Pesca y la Acuicultura y actual secretario del Subcomité de Comercio Pesquero de la FAO.
Señal a los mercados
Para el especialista, el proyecto emitirá un mensaje a los mercados: “Su aprobación en la Conferencia de la FAO enviará una clara señal en el compromiso para lograr adhesiones. Por lo tanto, en el futuro, los nuevos sistemas de documentación de las capturas establecidos a nivel nacional, regional o internacional estarán sincronizados, reduciendo las barreras para poder extender su uso”, dijo.
Luego, agregó que dado que como las directrices exigen a los países que cumplan con las leyes internacionales, así como con los acuerdos establecidos en la Organización Mundial del Comercio (OMC), los países podrán evitar conflictos comerciales indeseados.