¿Es posible utilizar la Inteligencia Artificial en la pesca? Hoy se podría generar información sobre los niveles poblaciones de peces en aguas cercanas a las costas, al menos.
Si bien las pesquerías necesitan precisiones y estudios concretos y puntuales, lo que hasta hace algunas décadas era impensado como la utilización de sistemas computarizados para pescar, hoy podría ser una nueva realidad, aunque va de la mano de un nuevo paradigma.
Hoy en día ya existe un algoritmo de Inteligencia Artificial que calcula las poblaciones de peces.
Esto podría generar información muy precisa sobre los niveles de las poblaciones de peces por lo menos en cercanías de las costas, dado que funciona con una precisión del 85% por lo menos en la primera prueba pilota que se llevó adelante en el Océano Índico.
Seguramente se necesitará un cambio cultural en la forma de planificar los trabajos previos a una marea, pero si se lo toma del modo hacia el que va el mundo (el desarrollo a través de las tecnologías), seguramente aportará una herramienta de gran utilización con un sinfín de beneficios.
Quienes ahora trabajan sobre la tan difundida y ya muy utilizada IA, buscan nuevas asociaciones y financiamiento para ampliar la herramienta a escala mundial.
Está más que claro que conocer las poblaciones de peces es vital para gestionar la pesca de forma sostenible y de ese modo garantizar que siga proporcionando un medio de vida y alimento de calidad, sobre todo en las zonas costeras, donde millones de personas dependen de la pesca en muchos países.
Desde distintos sitios han publicado que por primera vez un algoritmo de IA permite a los investigadores estimar con rapidez y precisión las poblaciones de peces costeros sin la necesidad de ingresar al agua. Este avance podría ayudar a ahorrar muchos costos en investigación y seguimiento, de la misma manera que permitiría a varios de los países menos desarrollados, acceder a datos de sostenibilidad de sus poblaciones de peces.
Básicamente la IA, en el contexto de las ciencias de la computación, es una disciplina y un conjunto de capacidades cognoscitivas e intelectuales, que son expresadas por sistemas informáticos o combinaciones de algoritmos, con el propósito de crear una imitación de la inteligencia humana para poder recopilar información.
Sin dudas que hasta no hace mucho tiempo esto hubiese parecido un gran disparate o una enorme fantasía imposible de cumplir: hoy llegó para quedarse.
Quienes ya vienen siguiendo el tema indican en ciertas zonas costeras de varios países, el 90% de las personas viven y trabajan en ciudades o poblaciones linderas a las costas.
De más también está señalar el dinero que se invierte en investigaciones en evaluaciones de poblaciones de todas las especies, lo que genera también que algunos continentes como África y Asia, no puedan tener los estudios necesarios como por ejemplo puede ocurrir en la Argentina más allá de las dificultades que muchas veces se presentan a la hora de evaluar.
Un claro ejemplo de la realidad mundial es que los pescadores artesanales que trabajan en aguas costeros de muchos países operan básicamente “a ciegas”, sin datos reales sobre la disponibilidad de peces. Sin datos, no se pueden crear planes de gestión que ayuden a sostener océanos sanos y productivos a largo plazo como venimos señalando en varios de los artículos de PESCARE.
Hoy por hoy y gracias a los avances de datos satelitales y algoritmos de aprendizaje automático, los investigadores crearon un modelo que estima con éxito las poblaciones de peces con una precisión del 85% en la región tomada como piloto en el Océano Índico Occidental.
Esta herramienta posee el potencial de poner los datos de forma rápida y económica en manos de los gobiernos, para que puedan tomar decisiones sobre sus recursos naturales.
El especialista en el tema Tim McClanahan, Director de Ciencias Marinas WCS sostuvo que “nuestro objetivo es dar a la gente la información necesaria para conocer el estado de sus recursos pesqueros y saber si sus pesquerías necesitan tiempo para recuperarse o no. El objetivo a largo plazo es que ellos, sus hijos y sus vecinos puedan encontrar un equilibrio entre las necesidades de la gente y la salud de los océanos. Esta herramienta puede decirnos cómo están las poblaciones de peces y cuánto tardarán en recuperarse hasta niveles saludables utilizando diversas opciones de gestión. También puede decirte cuánto dinero estás perdiendo o puedes recuperar cada año gestionando tu pesquería – y en la región del Océano Índico Occidental donde hemos probado esta herramienta, es nada menos que de 50 a 150 millones de dólares cada año.»
¿Estaremos preparados en el sector pesquero argentino para estos cambios revolucionarios? Como todo, es cuestión de tiempo.