Las galerías de los silos, en la Terminal 3 del puerto local, son testigos de la primera parte de un proceso que llevará al “Ponte de Rande” hacia su mejor versión. El buque congelador del Grupo Solimeno saldrá de aquí con nuevos motores y funcionalidades del siglo XXI.
Como señal de ese trabajo multidisciplinario, en sus 79 metros de eslora se entremezcla el perfume de los lubricantes, el cemento fresco, la pintura y los electrodos. A bordo, las tareas cobran un ritmo frenético en la etapa previa a la subida a dique. Entre setenta y noventa personas operan simultáneamente.
Es viernes por la tarde y el armador, Antonio Solimeno, le explica a Pescare.com.ar el principal objetivo del día: la colocación de los nuevos motores alemanes en el corazón del buque. A pocos metros, el extenso brazo de una grúa se ofrece como medio. Le esperan casi cinco horas de maniobras.
Nuevos motores
“Una de las ideas que hemos tenido es la remotorización del barco, cambiándole el motor propulsor. Va a ir una reductora nueva y va ir acoplado un generador de 1.500 kilovatios a proa. El motor va mantener la potencia que tendría hoy, los 3.000 HP, porque la hélice y el paso variable no se cambian; es decir, mantenemos la misma potencia”, expone.
Casi sin pausa, añade: “Lo que hemos agregado como cuestión tecnológica es funcionar con un motor solo y vamos a tener energía de 1.500 kilovatios para todos los servicios del buque. No usaríamos más los generadores auxiliares”.
Congelado y electrónica
Por otra parte, el barco tendrá una línea de frío actualizada. Se van a instalar cuatro nuevos compresores, se renovarán los túneles de congelación y los llamados congeladores por placas: “También vamos a hacer colocar en la línea de fileteado una peladora nueva y renovar toda la instalación eléctrica”, describe Solimeno.
Esto le permitirá operar con mayor eficiencia sobre merluza hubbsi, calamar y hoki, tres de las especies que regularmente procesa a bordo.
Al mismo tiempo, se está interviniendo sobre los alojamientos que utiliza la tripulación. Las comodidades para los 55 trabajadores que aloja la unidad serán refuncionalizadas. Cada uno de los camarotes tendrá espacio para cuatro personas.
“Vamos a poner las camas de forma longitudinal al barco; va a ir todo el comedor nuevo, junto con la parte de oficialidad, con todo el puente reciclado”, expone Solimeno con la pasión de alguien que recién se inicia en esta industria. Esto se sumará a la instalación de un flamante radar y sensor de red.
Tareas en dique
El paso siguiente será la subida a uno de los diques flotantes de SPI Astilleros: “Una vez que se termina el trabajo de instalación del motor acá en el muelle, tenemos que hacer todo el carenado, que es pintura, limpieza, junto con la inspección de casco en seco para después botar nuevamente el barco y pasar las inspecciones que nos permitirán renovar el certificado de seguridad de la navegación”, relata el armador.
Esto incluye inspección de casco, electricidad, máquina, armamento y todo lo referido a seguridad. A propósito del tema y debido a las nuevas reglamentaciones, se colocarán balsas salvavidas para toda la tripulación en cada una de las bandas; una manera de asegurar la disponibilidad del elemento en el caso de una emergencia.
En el cálculo de Solimeno, el conjunto de los trabajos se extenderá hasta el mes de agosto aproximadamente; es decir, en la antesala de la primavera el “Ponte de Rande” ya estará navegando con el 60 por ciento de su imponente estructura remozada.