Luego de la muerte de más de 200 ejemplares de lobos marinos “de un pelo”, tal la denominación doméstica de los que habitan en Mar del Plata y zona, desde la Fundación que dirigen Juan y Julio Lorenzani aseveraron que al menos en las últimas tres semanas no se registraron nuevas muertes a causa de la gripe aviar.
Los últimos ejemplares que fueron encontrados muertos tenían una data de fallecimiento de al menos 20 días, pero luego de eso no se registraron más muertes a causa de la gripe aviar que modificó algunas operatorias del puerto local, como el cierre al tránsito de la Escollera Norte o la colocación de vallas especiales en la misma banquina chica, además de realizar diariamente una limpieza profunda con agua e hipoclorito de sodio a través de un equipo de alta presión.
Desde la Fundación también destacaron el buen accionar del personal del Consorcio Portuario quienes trasladaron los ejemplares muertos hasta un sector destinado detrás de lo que se conoce como “Zona Industrial” en el puerto marplatense, donde se realizaban constantemente excavaciones para enterrar a los lobos muertos, luego de agregarles cal como medida preventiva, tal cual lo indica el protocolo sanitario.
La ONG que fue creada hace más de tres décadas y que trabaja activamente sobre la lobería marplatense, registró que luego de este brote de gripe aviar y que afectó a los mamíferos, ahora se ha presentado un gran cambio en sus conductas, de ahí la explicación que no son muchos los ejemplares que se observan a diario en la banquina chica, algo que sorprendió a la inmensa cantidad de turistas que visitaron el lugar.
La colonia de lobos marinos disminuyó notablemente desde el comienzo del brote que los afectó, quedando prácticamente la mitad de ellos, los que en la actualidad serían unos 300 aproximadamente, lo que también ha modificado su conducta y su lugar de hábitat, ya que se han trasladado varios de ellos a la zona de la sección 4º y en el sitio de amarre del barco de paseo “Anamora”, en la terminal portuaria, mientras que más de un centenar ahora están en adyacencias del club Náutico.
La avidez de los turistas y marplatense por visitar el lugar donde los lobos descansan y sirven de postal y entretenimiento para los concurrentes, dejó una vez más de lado falencias en los controles, que si bien se realizan periódicamente y se refuerzan en estos días de tanta concurrencia, el número de concurrentes, la falta de atención de las indicaciones del personal de seguridad y el tránsito vehicular, hicieron que no todos estuvieran a gusto en uno de los lugares más visitados de la ciudad.
Por caso la falta de una señalética adecuada, la desatención y el sello argentino de hacer cada uno lo que le plazca, causaron un gran caos vehicular, como ocurre en estos días, donde la salida del Centro Comercial del Puerto –atestada de vehículos que ingresaban y salían- y el no respetar los semáforos, por poco no generan incidentes viales.
Desde hace largo tiempo lo hemos destacado en PESCARE como la señal lumínica de la salida del concurrido lugar que alberga a los restaurantes, no se respeta, no solo por los visitantes, sino también por los “locales”, como hemos podido apreciar. Ejemplo claro: los ómnibus urbanos que por su gran porte pasan primero que el que tiene derecho a hacerlo, sin dejar de lado el mismo accionar de algunos transportistas de carga locales.
Sumado a esta situación y a las obras que se están realizando dentro del ejido portuario en reparación de la cinta asfáltica y terminación de obras de cloacas, más los lugares para estacionar, ameritan sin dudas por un lado un mayor respeto por el prójimo y más controles en días tan particulares, más allá de que se observaron más efectivos de la Prefectura Naval tratando de dar orden a la situación.