El Gobierno de las Islas Malvinas informó oficialmente a la flota que este domingo 27 de abril se dio por finalizada la temporada de pesca de calamar, una semana antes de lo previsto. Así lo confirmaron fuentes del sector, tras la comunicación emitida por el Departamento de Recursos Naturales de Puerto Argentino.
Inicialmente, los buques tenían autorización para faenar hasta el sábado 3 de mayo. Sin embargo, tal como se había advertido en semanas anteriores, la posibilidad de un cierre anticipado se mantenía latente debido a la evolución de la pesquería. Finalmente, la campaña total sumará 58 días de actividad, en lugar de los 64 días habituales, lo que representa una reducción del 10%.
La flota compuesta por 16 barcos, en su mayoría españoles participados por armadoras de Vigo y Marín, cerrará la primera temporada con resultados que, según estimaciones preliminares, estarán «muy por debajo de las expectativas«, poniendo ahora mayor presión sobre la zona lindera a la milla 200 argentina como compensación para justificar las magras capturas, las que se suman a otras 45 naves poperas de arrastre que ya operan desde algo más de 4 meses en esta última campaña.
Además de la caída en el volumen de capturas, las empresas reportaron que el tamaño del calamar fue, en general, más pequeño que en campañas anteriores, lo que afecta aún más el rendimiento económico. Desde las empresas señalan que podría ser «la campaña de primera temporada más floja de los últimos cinco años«.
A la preocupación por el escaso volumen de capturas —más del 90% del calamar loligo de Malvinas se destina a Europa, ingresando principalmente a través del puerto de Vigo— se suma el desafío económico que implica la reciente inversión en la renovación de la flota, la mayor de los últimos 40 años.
Hasta el momento no se han difundido balances oficiales, aunque en el sector pesquero ya se anticipa un balance negativo para una zafra que, además de ser más corta, dejó resultados por debajo de lo esperado, lo que gatilla y consolida la tendencia de fondo que el complejo calamar (peruano, illex y loligo) en materia de precios, en un ritmo sostenido debido a la sustancial merma de otros caladeros en comparación con la ZEEA y FAO-41.