Las Ãreas Marinas Protegidas (AMP) Namuncurá–Banco Burdwood y Yaganes continúan siendo uno de los principales factores que condicionan la pesquerÃa de merluza negra (Dissostichus eleginoides), ante la falta de aprobación de los planes de manejo pesquero previstos por la normativa vigente.
A pesar de los reiterados reclamos del sector y de las instancias técnicas desarrolladas, los instrumentos que deberÃan ordenar la actividad dentro de estas áreas aún no se encuentran en vigor.
Ambas AMP fueron creadas en 2018 mediante la Ley 27.490, que estableció un plazo máximo de cinco años para la aprobación de los planes de gestión ambiental y de los planes de manejo pesquero correspondientes. Sin embargo, esos plazos se encuentran vencidos en todos los casos. La ausencia de estos instrumentos genera incertidumbre operativa y limita la planificación de la actividad, particularmente para la flota palangrera.
En este contexto, durante la última reunión de la Comisión Asesora para el Seguimiento de la actividad pesquera de la merluza negra, celebrada en diciembre, se volvió a informar formalmente el reclamo por la necesidad de avanzar en la aprobación y puesta en vigencia de los planes de gestión ambiental y, en especial, de los planes de manejo pesquero de las AMP Namuncurá–Banco Burdwood y Yaganes.
En el caso del AMP Namuncurá–Banco Burdwood, el plan de gestión general se encuentra vigente, pero el plan de manejo pesquero —se encuentra en etapa de implementación— aún no ha sido aprobado. En cuanto al AMP Yaganes, el plan de gestión se encuentra en elaboración participativa desde agosto de 2024, con una fecha prevista de finalización para principios de 2025, aunque hasta el momento tampoco ha sido formalmente aprobado.
Desde el sector pesquero advierten que la implementación de las AMP, sin un marco operativo claro, tuvo un impacto directo sobre la pesquerÃa de merluza negra. De acuerdo con la información técnica disponible, aproximadamente el 33% de las capturas de merluza negra por palangre provenÃa históricamente de zonas que hoy se encuentran vedadas, lo que obligó a la flota a concentrar su esfuerzo en otros caladeros.

Esta reconfiguración del esfuerzo se refleja en la dinámica reciente de los desembarques. En 2025, los desembarques totales de merluza negra van alcanzando las 3.587,8 toneladas, levemente por debajo de las 3.665,8 toneladas registradas en 2024. Si bien los volúmenes anuales se mantienen relativamente estables, el sector señala que la concentración espacial de la pesca, derivada de las restricciones impuestas por las AMP sin planes de manejo vigentes, introduce tensiones adicionales sobre la operatoria y la distribución del recurso.
En este contexto, las empresas pesqueras insisten en la necesidad de avanzar de manera urgente en la aprobación y puesta en vigencia de los planes de gestión ambiental y, especialmente, de los planes de manejo pesquero de las AMP Namuncurá–Banco Burdwood y Yaganes. Consideran que contar con reglas claras y previsibles resulta indispensable para compatibilizar los objetivos de conservación con el desarrollo ordenado y sustentable de la actividad pesquera.






