Continúa abierta la inscripción para el ingreso al Servicio Militar Voluntario. Una de las posibilidades es prestando servicios en la Base Naval Mar del Plata.
Hasta el próximo lunes 3 de junio se encuentra abierta la inscripción para ciudadanos de ambos sexos para cubrir vacantes en el Servicio Militar Voluntario como Marineros en el Base Naval Mar del Plata, para lo cual los interesados podrán presentarse en su Documento Nacional de Identidad en la Delegación Naval Mar del Plata para realizar la postulación de manera formal.
Entre los requisitos para la inscripción se encuentran el ser argentino, soltero, residente en la ciudad de Mar del Plata o su zona de influencia, tener entre 18 y 24 años de edad y haber aprobado el ciclo completo de educación primaria, además de aprobar un examen psicofísico y el curso correspondiente de admisión.
La inscripción se encuadra como cada año en las actividades de la Armada Argentina la cual incorpora a ciudadanos de ambos sexos para cubrir vacantes en el Servicio Militar Voluntario como Marineros, con la finalidad de cubrir requerimientos de personal de marineros de las unidades de combate y bases navales, dependencias y organismos de la Fuerza.
Una vez aprobado el Curso de Admisión, el voluntario será dado de alta en la Armada como Marinero, firmando un compromiso de servicios por un período de dos años como Marinero Segundo y al finalizar dicho período y de ser confirmado podrá renovar dicho compromiso de servicios de manera anual como Marinero Primero, hasta la edad de 28 años como máximo.
El Personal de Marineros podrá postularse para ingresar a la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina y quienes reúnan los requisitos exigidos, serán dados de baja como Marinero Voluntario y luego de alta como Aspirante Naval.
En el año 1901 en nuestro país, fue aprobada la Ley 4031 de servicio militar obligatorio, la cual fue concebida no solamente como un dispositivo de nacionalización de amplios sectores y de control social, sino como un componente decisivo en la construcción de un Ejército conformado por profesionales –oficiales y suboficiales- y por tropa compuesta por ciudadanos (soldados) conscriptos en el marco de una política de defensa nacional fundada en el concepto del denominado “pueblo de armas”.
El sistema de conscripción previsto por la mencionada Ley estuvo vigente hasta su suspensión en el año 1994 y tras el asesinato del soldado Omar Carrasco durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, se sancionó la Ley 24.429 de Servicio Militar Voluntario, que implicó la profesionalización del conjunto del personal de las Fuerzas Armadas.
“A principios del siglo pasado la situación política, psicosocial, cultural, militar y migratoria de nuestro país era muy diferente a la de fines de ese siglo y por supuesto a la actual. La conscripción obligatoria cumplió un ciclo por demás importante en la vida de nuestro pueblo. Contribuyó a la alfabetización con las escuelas primarias que funcionaban en los cuarteles; inició a muchos jóvenes en hábitos de disciplina, orden e higiene; logró serios relevamientos médicos y rompió barreras sociales permitiendo el fraternal encuentro entre todas las clases sociales”, describió no hace mucho tiempo el Teniente General Martín Balza, ex Jefe del Ejército Argentino, veterano de la Guerra de Malvinas y ex Embajador por nuestro país en Colombia y Costa Rica.