Seguramente la fecha más significativa para los argentinos es el 2 de abril. Sin buscar herir susceptibilidades sobre aquellos que piensan en otros días del calendario, a 40 años del conflicto bélico más icónico de nuestro país, buscamos mostrar para las nuevas generaciones y para aquellos que lo han vivido, reflejar una parte de esa historia lo sentimos como una obligación y un homenaje.
PESCARE, tuvo el honor, porque no ha sido solo una posibilidad, de dialogar con el Prefecto Mayor (RS) “VGM” Osvaldo Aguirre y el Ayudante Mayor (RS) VGM José Raúl Ibáñez, quienes en el marco de la muestra “Conexión Malvinas”, estuvieron en Mar del Plata.
No fue una charla sencilla, indagar en los recuerdos de las personas que vivieron momentos críticos de su vida, a sabiendas que podían perderla por su Patria, tiene un valor inconmensurable. Tampoco fue sencilla la entrevista. Esconder emociones frente a los reporteados, es un ejercicio que pocos pueden desarrollar. Este ha sido el caso de no poder hacerlo. Hablamos con quienes, desde Prefectura Naval Argentina, cumplieron con honor y arrojo operaciones de defensa de la soberanía nacional.
Han pasado 40 años de tal vez, la fecha más especial para los argentinos, que encierran recuerdos de todo tipo seguramente.
PM Osvaldo Aguirre: en principio tenemos que agradecer la convocatoria de su medio, venimos de Buenos Aires, somos Veteranos de Guerra y estamos en el Departamento de Veteranos de PNA y estamos participando de “Conexión Malvinas” que la organización Veteranos ex combatientes de Mar del Plata, una entidad muy pujante, eso hizo que viniéramos con una muestra de un museo itinerante con la historia de la PNA y parte de la historia de Malvinas.
¿Cuáles son las sensaciones? porque ha pasado mucho tiempo.
PM OA: Nos mueve otro sentimiento muy diferente de aquellos que vivimos los combates de Malvinas, allá por mayo y junio de 1982. Hoy peinamos canas, tenemos hijos, tenemos nietos y a las cosas las miramos con otras ópticas. Tenemos otra visión de aquello y a lo largo quedan muchas enseñanzas, quedan recuerdos para con aquellas personas que compartieron mucho tiempo con nosotros y han perdido la vida y están en este momento de Guardia permanente en las Islas Malvinas hasta que volvamos a recuperarlas seguramente.
Tal vez no nuestra generación, pero sí otras y las que vengan, como así también todos aquellos momentos y vivencias con Veteranos que hoy podemos contar, que estamos con vida y tenemos ganas de que esta causa Malvinas, como está ahora, se magnifique.
Los públicos de jóvenes fundamentalmente. Venimos hace un momento de un colegio que apadrina Prefectura, donde salimos con el pecho henchido, ese padrinazgo data de 1969. Esos chicos nos emocionaban con sus preguntas. Eso hace que creamos en nuestra juventud.
¿Qué cosas les preguntan en los colegios cuando hacen este tipo de visitas, al verlos uniformados y con todas sus condecoraciones?
AM José Raúl Ibáñez: nos preguntan si hemos tenido miedo en Malvinas, si tuvimos frío, si alguna vez pasamos hambre. Los chicos son muy emotivos. Eso te fortalece porque vos ves las reacciones. Cuando estábamos por retirarnos, gritaban todos: “Noooo”.
Sobre esas cosas hay que hacer hincapié porque son los que van a llevar toda la causa y hay que motivarlos a que sigan. Tenemos un público muy amplio, pero ellos son los que van a continuar con esta causa.
¿Cuesta establecer el recuerdo? ¿Es una etapa superada de todo lo que les ha tocado vivir? ¿Hay cosas de las cuáles ya no quieren hablar?
PM OA: Son situaciones que vivimos muy particulares. En algunos de los casos estamos bien, en otros casos como el mío particular, tuve mucho apoyo psicológico, porque cuando volvimos de Malvinas, no había directivas respecto de cómo tratar de apuntalarnos con 26 años que yo tenía y era una situación, que con el tiempo, después cuando uno se casa, tiene hijos, vuelven a rememorarse ciertas cosas, sobre todo cuando nuestros hijos ya son adolescentes y empiezan a hacer preguntas.
Tenemos la satisfacción de poder mirarlos a los ojos, de que hemos enfrentado las reales situaciones que tuvimos con dos unidades muy pequeñas de Prefectura, que ya el hecho de llegar a las Islas fue una odisea para nosotros y luego haber combatido. En mi caso efectivamente con un helicóptero inglés, con un herido a bordo.
Aguirre se refiere al Guardacostas GC-82 Islas Malvinas del que fue Capitán y al Guardacostas GC-83 Río Iguazú donde Ibáñez fue Maquinista.
PM OA: Después en la visita al hombre que estaba herido, veíamos soldados heridos y algunos muertos, muy jóvenes, esas son cosas que cuestan muchísimo borrar de nuestra imagen.
Tenemos este público que reconforta que es la juventud y que incluso hay algunos que saben más que nosotros y eso es buenísimo.
Como que no ha sido en vano lo que han entregado…
PM OA: exactamente. No, fue en vano creemos ahora, pero pasaron 40 años. Ojalá que sigamos en esta campaña y que fundamentalmente los chicos sigan con este pensamiento porque, como decía José Raúl Ibáñez, en ese colegio, las preguntas eran tan diversas y todos levantaban la mano.
¿Qué es lo primero que sintió cuando volvieron de la guerra? Esa fue una de las preguntas de los chicos por ejemplo. En mi caso particular yo estuve 30 días después prisionero de guerra de los ingleses y nos vinieron a buscar en un auto de gente de Prefectura y lo primero que hicimos fue parar en un kiosco a comprar chocolates. Parece una pavada pero eran cosas que realmente sentíamos en ese momento.
AM JRI: nosotros volvimos mucho antes que ellos, después que finalizó la guerra. Salimos con el “Almirante Irizar” a Comodoro Rivadavia, de ahí a Bahía Blanca, luego Ezeiza donde nos esperaban nuestros jefes.
Nos llevaron a Sanidad y todas esas cosas. Después la llegada a casa y el que me recibió fue el perrito.
Ibáñez se emociona y se le nota en los ojos, le cuesta continuar, mira también a su camarada que está del mismo modo, toma aire y sigue con su relato.
Lo importante es que no perdí la llave de la entrada de casa. Me bañé, me cambié y fui a visitar a otros tíos que estaban a cuatro, cinco cuadras de mi casa.
¿Quién más vivía en esa casa y en qué ciudad?
AM JRI: Vivía con unos tíos en la ciudad de Beccar, en el Partido de San Isidro. Los tíos estaban trabajando. Ellos no sabían que yo iba a llegar. Nadie sabía nada. Surgió que llegamos a Buenos Aires y cada uno a su casa.
Nos gustaría que nos cuente de esas condecoraciones que vemos en su uniforme, eso significa mucho para nuestro país.
AM JRI: luzco la máxima distinción que entregó el Gobierno, la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate. Si bien soy el destinatario de recibir tantos halagos y felicitaciones, siempre se lo atribuyo a una tripulación del Guardacostas, que somos integrantes de una querida Institución.
En sí a todos, porque yo tuve la oportunidad de estar en ese momento ahí, pudo haber sido usted, cualquiera.
Pero usted tiene un hecho puntual en el conflicto bélico y nos gustaría que nos lo cuente para que se siga difundiendo.
En este pasaje de la charla interviene el Prefecto Mayor Aguirre…
PM OA: lo voy a decir yo porque él no lo quiere decir por una cuestión de humildad, pero le aclaro que ésta condecoración, la máxima como dice Ibáñez, se entregaron apenas 21, de las cuales 7 eran fallecidos en heroica acción y dentro de las restantes, una de las únicas que tiene la PNA, es la figura de José Raúl Ibáñez, él ahora va a relatarla.
AM JRI: esto es nuestro y luzco esta condecoración por el ataque que recibimos en el Guardacostas. Tocan zafarrancho de combate. Van el Cabo Segundo Julio Omar Benítez y Bengoechea, los acompañaba el contramaestre suboficial Vaccaro.
Mi puesto de combate era la sala de máquinas. Me inserto en ese lugar. En la primera pasada recibimos. Queda herido de muerto Julio Omar Benítez, gravemente herido el suboficial Vaccaro y Bengoechea. Recibo un impacto en la banda de babor, la parte del cargador de baterías, del banco de trabajo y entró al pie de la escalera. Entró una bocanada de agua, mucha cantidad de agua, reventó el cielorraso de la sala de máquinas, mojaba todo el tablero eléctrico, todo. Pongo las bombas a achicar.
El Guardacostas tenía dos bombas: una de achique y la otra de incendio como la usábamos nosotros. Era mucho el caudal de agua que entraba, no daba abasto. Me voy al intercomunicador, llamo al puente y me atiendo Olmedo que era el Capitán y le transmito lo que estaba sucediendo. Me dice que deje todo como estaba y que abandone la sala de máquinas. Pego la vuelta y salgo, cuando estoy medio cuerpo saliendo de la sala de máquinas me grita el suboficial Vaccaro y Bengoechea que estaban en la banda arrastrándose “hacelo pomada” (me dijeron otra cosa) pero prefiero decirlo así.
No entendía nada, miro al frente y mi compañero, el cabo segundo Julio Omar Benítez tiraba siempre con el correaje de la 12,7, recibe un impacto, lo desengancho y lo largo, ya estaba muerto, levanto la vista y veo que el avión se largaba en picada, lo atropello a Benítez y cuando lo largo y se enfila en la estela nuestra empieza a disparar y abro fuego yo y se “come” la ráfaga de la 12,7. Comienza a largar una densa estela de humo y bueno, en ese ínterin llegamos a la costa, encallamos, parecía que el Guardacostas se iba a dar vuelta, me sacudo como que quedé aturdido por el ruido de las turbinas, miro hacia la costa y veo a 30, 40 metros, gente que se caían y se levantaban.
Giro la vista y a la distancia veo el otro avión, amaga como a largarse a atacar por popa, se zambulló y por suerte se fue. Conclusión: esa gente que yo veía ahí eran mis compañeros que iban en el puente y se había largado por la proa.
Lo cuenta con una sencillez increíble, es imposible no adentrarse en el relato.
PM OA: cuando tuvimos el primer combate aeronaval, fue el 1 de mayo con un helicóptero inglés, también en un lugar determinado entrando a Puerto Argentino y en horas de la tarde veíamos un helicóptero que andaba por la zona, pedimos referencias, hablo con el Comandante y me dice que no teníamos medios aéreos amigos en el área, fuego libre.
Imagínese para una Fuerza de Seguridad como es la PNA, bajar e inmediatamente salir y distribuir el zafarrancho de combate y empezamos con el combate, aparece el helicóptero y empezamos el intercambio de disparos.
El Guardacostas lo teníamos fondeado y no podíamos levantar el ancla porque había muchos cachiyuyos y se atascó el cabrestante, pero logramos cortar, el Encargado de Máquinas que se llamaba Blatter, con una sierra, corta la mitad del eslabón. Yo, operando los comandos del barco, hice una copla sacándolo rápidamente, poner la popa y empezar a combatir, pero en el intercambio de municiones, lo hieren a Grigolatolo, se le produce una herida con entrada anterior y salida posterior en el abdomen. Fue atendido por el enfermero de la Armada de apellido Borello un joven y excelente profesional.
Pedimos autorización para ingresar a puerto y ya estaban esperándonos con la ambulancia. Lo dieron por muerto, porque lo operaron en Puerto Argentino y después lo dejaron porque no recuperaba y a los tres días recibo un llamado para que vaya al hospital. Voy a verlo y todavía tenía las sábanas, que eran mis sábanas porque lo habían atendido en mi camarote, ya estaba más recuperado pero lo sacaron después de dos días porque estaba con el resto de los heridos que estaban muy graves. Lo trasladaron a Buenos Aires y hoy tiene su familia constituida en Curuzú Cuatiá y de vez en cuando nos estrechamos en un gran abrazo.
Hasta aquí solo la primera parte de dos de los héroes de Malvinas que a través de la Prefectura Naval Argentina dieron todo por Malvinas, esta historia sigue y vaya si sigue…