La coyuntura de la primera etapa para el actual gobierno, las empresas y los trabajadores no es de f谩cil tr谩nsito, mucho menos para la sociedad toda.
No sabemos desde estas columnas si el pa铆s est谩 tan mal como se dice, o peor de lo que se encuentra, para alertar a que todo cambio, por m谩s duro que sea, la situaci贸n lo justifique, si esa fuere la estrategia.
Lo concreto seguramente, es que el mar ha aumentado de altura debido a las l谩grimas de todos los sectores. Y tambi茅n del sector pesquero, aun con estructuras y vivencias distintas. Al fin y al cabo el ajuste lo debemos hacer todos.
A aquel modelo de la justicia social impuesto en los albores del tradicional peronismo, qued贸 atr谩s y muy lejos de donde se ha llegado.
El modelo Robin Hood, en el que el sector pudiente era atravesado con una carga tributaria importante para el beneficio de aquellos sectores rezagados, propios de una Argentina joven, donde se debi贸 amalgamar criterios tan dispares como congregar en la misma sociedad familias tradicionales, opulentas que incluso instru铆an a sus hijos en altas casas de estudios en Reino Unido, Espa帽a y Francia; con un sector que llegaba a integrar esa misma sociedad desde la esencia del aut贸ctono, descendiente de tribus ancestrales que vivieron en el interior del pa铆s.
En ese orden, surgieron las primeras divisiones del status social. Quienes gozaban de la cultura e instrucci贸n centralizada en modelos que usufructuaban casi a la esclavitud a un interior, pobre, humilde, trabajador, pero altamente ignorante. Solo masa y fuerza bruta.
As铆 los modelos crecieron con la idea de, en el mejor de los casos, solventar a quienes corr铆an desde atr谩s una Buenos Aires Capital opulenta.
Llegado el inicio del siglo XX, utilizando el sesgo popular que caracteriz贸 a caudillos y militares, en el poder, llevaron a un modelo distributivo, no con la idea de emparejar las diferencias, sino de perpetuarse en el poder.
Como burdo ejemplo, el modelo Robin Hood, es aquel que prorratea socializando las cuentas, de modo que en una mesa equipara a un exagerado comensal que cena 8 empanadas, 2 postres y 1 botella de vino, con otro participante, a dieta, que cena 1 empanada, un agua mineral sin postre. Nunca m谩s injusto cuando a la hora de pagar, se divide el total de la cuenta por la cantidad de comensales.
Paso el Tiempo, y much铆sima agua debajo del puente, que cada lector vivi贸 y no viene al caso recordar.
A inicios del 2000, comienza una etapa donde aquel modelo inicial se fue desfigurando en lo pol铆tico, pero barriendo dos ventajas que pocos gobiernos tuvieron, en principio una salida de la convertibilidad donde el Tipo de Cambio paso de 1-1 a un esquema inicial de overshoting de 4-1; pero ademas beneficiado por un ciclo muy alcista de demanda de cereales cuyo precios en el circuito internacional pasaron de dos d铆gitos (menos de 15 d贸lares) a tres d铆gitos (entre 400 y 600 d贸lares seg煤n fuese trigo, ma铆z o soja), para un 鈥渘uevo鈥 sembrad铆o que admit铆a temperaturas desde el norte del pais, hasta el sur de la provincia de Buenos Aires. La soja (a) el yuyo, para quienes despectivamente quiz谩 por desconocimiento, o simplemente por manifestar la supremac铆a de ostentar el poder en defensa de pobres y descamisados frente a la err贸nea idea de un campo patricio sin segmentaci贸n de extensiones y participantes.
El modelo, a partir del 2015 con la ca铆da y fuerte retracci贸n de precios del poroto de soja, que era lo que sustentaba al modelo de financiamiento de Argentina en grandes cifras, a trav茅s de derechos de exportaci贸n exagerados, pero peor a煤n con un Tipo de Cambio que ya hab铆a empezado a tener dos caminos, el real o blue; y el que el gobierno aplicaba al agricultor; empez贸 a desmoronarse; debido que las ca铆das en ingresos, no eran correspondidas en las ca铆das en las dadivas que se utilizaron para sostener un modelo que detr谩s de la defensa de los pobres hab铆a pingues utilidades.
Ah铆 fue el inicio del otro modelo; el Hood Robin. Aquel que oprimi贸 con el peor de los impuestos, al pobre para transferir utilidades a los pudientes empresarios prebendarios y amigos del poder. En el medio aparece la figura del Estado. El mismo que interviene entre los sectores privados para sostener el Bureau de la Pol铆tica, con modelos que mentirosamente bajaban 铆ndices de desempleo como consecuencia de incorporar gente a las huestes del sector p煤blico nacional, provincial y municipal. Todos aun con variopinto color pol铆tico utilizaron este modelo.
Los contempor谩neos Patricios, con una cultura financiera acabada y refinada a trav茅s de los avatares econ贸micos, financieros y monetarios argentinos, r谩pidamente construyeron una estructura muy din谩mica para interpretar los cambios. Desaparecieron de escena. La inversi贸n quedo atr谩s, y solo se desarrollaron modelos que gozaban de alta rentabilidad acorde al riesgo argentino.
Los capitales extranjeros, pasaron a ser golondrinas, vinieron, hicieron sus diferencias y se fueron, dejando un tendal en el sistema bancario y un rojo financiero que hasta hoy ni se sabe cuento es.
Ejemplificando el modelo Hood Robin, dir铆amos que es aquel que llegada la hora de pagar la cena, el administrador (Estado). sobre el total lo divide descont谩ndose el mismo, por cuanto lo gastado por El, lo pagan el resto de los comensales, no solamente haciendo injusto el prorrateo sino ademas desleal, as铆 apareci贸 la figura del que integraba la fiesta, pero a la hora de la cuenta la pagaba el otro.
Hoy la propuesta es la eliminaci贸n del Estado como intermediario entre privados. El pais en un 55% se manifest贸 en las urnas por un cambio. Pero el cambio y el sacrificio del dolor aquel lo pague el otro.
La pesca, como sector participe de la econom铆a argentina y como 8vo. complejo exportador nacional, pens贸 que el ajuste deb铆a hacerlo el otro.
Y a decir verdad, desmenuzando quien es quien en 鈥渓a pesca鈥, efectivamente, hay algunos participantes que entre sus filas est谩 el tradicional generaci贸n de trabajo y riqueza producto de las ganancias operativas. Pero tambi茅n hay otros, los mismos que hoy echan espuma por la boca, que llegaron a la actividad como consecuencia de la oportunidad de la misma brindaba, pero que del arte de San Pedro, poco conocen.
Hoy el sistema cruje, entre un gobierno amigable para ellos, y otro muy distinto que echa por tierra incluso hasta Leyes de promociones industriales; beneficio del cual era la base de sustento para generar una masa de dinero que permiti贸 incorporar al sector pesquero.
O quiz谩, quienes productos de ser verdaderos corsarios en el mundo, navegando por 7 mares para encontrar card煤menes que acercaban a la mesa europea, la famosa prote铆na salvaje y natural de origen marino; hoy cursan una situaci贸n muy delicada en sus casas centrales de Vigo.
En el 铆nterin, el resonar de cacerolas comienza a engrosarse, pues todos cre铆an que el ajuste lo pagaba el otro, y no se dieron cuenta, en poner sus ojos frente al espejo. El otro es uno. Pero con un agravante, estamos frente a un a帽o donde se deben renovar las CITC de merluza Hubbsi; hay grupos que est谩n asesorando al gabinete econ贸mico, y el sector bien podr铆a estar frente a un cambio de paradigma con fuerte impacto en las cuotas de pesca de cada barco, por ende en la econom铆a de cada grupo econ贸mico.
Entre exigencias y malhumor, el ajuste lo pagamos todos; y a decir verdad, cuanto antes nos demos cuenta, antes, nos acomodaremos a un nuevo paradigma, dejando atr谩s el Robin Hood y el Hood Robin para que cada uno tenga el derecho de ser libre y poder elegir sin prebendas, ni monopolios y donde el mayor pagador de la fiesta deje de ser siempre el Estado, hoy flaco, alica铆do, y endeudado. El modelo, al final tiende a lo m谩s justo, que no haya administrador piola, pero que quienes gozaron de la fiesta paguen por la misma, y quienes a dieta, se hagan cargo de su 铆nfima participaci贸n.
De persistir en el camino, las arcas estatales tendr谩n tanto oro como aquel que en su libro 芦De Per贸n a Lanusse. 1943-1973 芦, Felix Luna citaba c贸mo Juan Domingo Per贸n se hab铆a vanagloriado en 1946 afirmando: 芦No podemos caminar por los pasillos del Banco Central, tan abarrotados est谩n de lingotes de oro 芦.
Sin entrar en preguntas maliciosas, 驴qu茅 pas贸 con ese oro?, el mismo, que a帽os m谩s tarde, s铆mil en una provincia sure帽a producto de regal铆as al petr贸leo, vox populi coloc贸 en el exterior, sin saber a nombre de quien y sin tener la trazabilidad que a la pesca se le exige. 驴Habr谩 vuelto?.
Los albores de un nuevo modelo argentino est谩 a la vista, veremos si esta vez el esfuerzo lo haremos todos, en beneficio de la Naci贸n y en la inserci贸n de Argentina al sofisticado modelo mundial o quedaremos una vez m谩s en el intento, pero a sabiendas, que quienes trabajaron conforme a Ley y dedicando el esfuerzo a lo netamente operativo del negocio, es poco lo que deban modificar. Mientras tanto, las marchas empiezan a desempolvar bombos y desenrollar banderas que, durante 4 a帽os estuvieron olvidadas.
Es inevitable el choque de arquitecturas de pensamientos. Est谩n quienes quieren y desean el modelo de pa铆s de los 煤ltimos 40 a帽os, y quienes llegaron al hartazgo de financiarlo. Pero lo preocupante es que desde el gobierno no hay plata, pero tampoco tiempo.
