Superado, al menos por ahora, el conflicto con los tripulantes, en el Inidep se respira un aire menos espeso. De todas maneras, los dos años de inactividad que despojaron a los científicos de evaluaciones directas sobre diversas especies no quedó atrás.
El desafío pasa ahora por movilizar al menos uno de los tres buques de investigación. En lo inmediato, el que más posibilidades tiene de zarpar es el “Dr. Eduardo Holmberg”. Otto Wöhler, director del instituto, así lo adelanta en esta primera parte de la entrevista que mantuvo con Pescare.com.ar.
– El interrogante se impone: ¿cuándo salen los barcos?
– El primero en salir va a ser el “Holmberg”. En una semana o diez días está saliendo a hacer la prueba de motores y equipos científicos, estamos terminando el alistamiento. Después de haber estado tanto tiempo parado lleva su tiempo. La campaña vale mucho dinero y no queremos que se frustre por problemas técnicos. La idea es hacer esa prueba y en función de cómo resulte, inmediatamente salir o hacer las reparaciones necesarias.
– Se va a trabajar sobre merluza, ¿verdad?
– Sí, estamos proyectando la Campaña Global de Merluza, que va desde los 47° Sur hasta la Zona Común de Pesca, hasta los 37° más o menos, en tres etapas. Durará alrededor de tres meses en total. Arrancaríamos en julio/agosto y estaríamos finalizando cerca de fin de año.
– Y los otros dos buques, ¿en qué situación están?
– El “Oca Balda” tiene que salir a dique. Estamos con una licitación que se cayó, que se tuvo que declarar desierta. Luego, nuevamente se abrió y estamos en los próximos días adjudicando la salida a dique. Serán unos veinte días de reparaciones. Hay que revisar chapa y casco porque tiene el certificado de casco vencido; es una tarea de rutina, digamos. Después de eso, ya estaría disponible para navegar, para hacer las pruebas de mar.
– La realidad del “Cánepa” es un poco más compleja…
– Digamos que sí. El “Cánepa” está reparado, tiene algunas cuestiones pequeñas que podrían solucionarse para salir a trabajar; pero hemos decidido que no lo vamos a seguir reparando porque es una bolsa que se nos lleva todo el dinero y no tiene las prestaciones que requerimos. Está tomada la decisión de reemplazarlo ni bien lleguen los barcos nuevos. A lo mejor hacemos alguna campaña mientras funcione, pero no le vamos a seguir poniendo dinero.
– Desde el punto de vista científico-técnico, ¿cómo evaluás lo que ocurrió en estos dos años sin actividad de los buques?
– Se perdió el acceso a un montón de información que no puede ser recuperada. No se puede subsanar el hueco de dos años de no observación. La gravedad de la situación la tendremos que ir evaluando a medida que vaya llegando la información. De todas maneras, siempre lo repito, el instituto no sólo maneja como información la que se desprenden de las campañas; sino que también tiene observadores a bordo en la flota comercial, muestreos de desembarques y el análisis sobre lo que genera la flota o de campañas que vamos haciendo con barcos comerciales. Obviamente, fue una situación no deseada y que limitó mucho la capacidad de asesoramiento que tiene el Inidep. En la medida que tenés menos información, aumenta la incertidumbre. Esperamos que esto no se repita.
– Ahora, parece que se abre una nueva etapa con la construcción de nuevas embarcaciones para el instituto; ¿en qué etapa están?
– Hoy se está construyendo el barco más grande. La semana pasada se colocó la quilla allá en Vigo, en el Astillero Armon (de Vigo, España). Incluso, está más adelantado de lo que es el cronograma de obra. Esperamos que nos entreguen el barco en septiembre de 2017. Tras las pruebas, calculamos que tendremos el barco acá.
-¿Y cómo está el proyecto para construir un nuevo costero?
– Recientemente hemos adjudicado (también al astillero español). Todavía no se firmó el contrato, pero hacia fines del año que viene también deberíamos estar contando con el barco costero.
– ¿Qué mirada tenés del proceso licitatorio? Digo esto porque hubo algún ruido respecto a las condiciones establecidas que dejaron afuera a los astilleros argentinos…
– En el caso del primer barco, no tuvimos preferencia por astilleros nacionales porque la tecnología que se estaba requiriendo para ese barco no estaba en condiciones, lamentablemente, de ofrecerla Argentina. No hay antecedentes ni experiencia en esa tecnología. El concepto del barco se generó a partir del enorme conocimiento que tienen los investigadores de esta casa. Se generó el proyecto de un barco muy moderno, comparable con las unidades que se están construyendo a nivel internacional en oceanografía pesquera. Va a ser el barco más moderno de América Latina. Era un problema de demagogia darle preferencia nacional a algo que no se podía construir en la Argentina.
– ¿Y con el barco más chico?
– Fue distinto. No tiene tanto requerimiento de tecnología; es otra cosa completamente distinta; por lo tanto sí le dimos preferencia nacional a la licitación. Lo que ocurrió fue que de acuerdo al reglamento del BID (desde donde llegó el préstamo) la oferta más económica es la que resulta beneficiada aún considerando la penalidad por preferencia nacional; que es de hasta un quince por ciento.
– ¿Cuál fue la oferta económica del astillero español?
– Por un monto de 6,1 millones. La oferta de los astilleros nacionales fue por más de 10 millones (SPI Astilleros) y la otra superaba los 8 millones (Contessi). Esa es la realidad. Uno tiene que cumplir el reglamento de la licitación.
– También llamó la atención la ausencia de Armon en el primer llamado, que resultó fallido, y que recién apareciera en el segundo…
– No sabemos porqué. Desconozco.
– Por otro lado, también se ven trabajos de refacción en la sede. ¿Qué características tienen?
– La estamos ampliando con otro de los componentes del crédito BID, que es mixto; parte lo pone el BID y parte el tesoro nacional. En el caso de la sede, se está haciendo con aportes del tesoro, unos dos millones de dólares. Se está construyendo una nueva sala de reuniones para realizar eventos científicos y área exclusiva para hacer extensión y divulgación. Después tenemos reubicación de otras áreas. La idea es que esto esté finalizado para fines de este año o principios del próximo.
El director del Inidep proyecta la zarpada del “Holmberg”. Al mismo tiempo, reconoce que en los últimos dos años de inactividad se perdieron datos irrecuperables.
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