Cada 8 de junio se conmemora oficialmente el Día Mundial de los Océanos, una fecha declarada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2008 con el propósito de recordar la importancia vital de los océanos para la vida en la Tierra y fomentar la acción conjunta para su conservación.
Los océanos, que cubren la mayor parte de la superficie terrestre, no son simplemente grandes masas de agua separadas en Atlántico, Pacífico, Índico, Ártico y Austral. Son un único ecosistema interconectado que sustenta a miles de especies animales y vegetales, regula el clima global y provee oxígeno y alimento a millones de personas en todo el mundo. Según el oceanógrafo y ecólogo marino Angelo Fraga Bernardino, “el océano es un vínculo para la humanidad y todas sus partes están conectadas. No son varios océanos, es un solo planeta oceánico”.
Actualmente, cerca del 28 % de la población mundial vive en regiones costeras, y más de dos mil millones de personas dependen directa o indirectamente de los ecosistemas marinos. Los océanos aportan aproximadamente 170 millones de toneladas de mariscos al año, representando cerca del 15 % de todas las proteínas consumidas globalmente. Además, entre el 50 % y el 80 % del oxígeno que respiramos proviene del plancton oceánico, que a través de la fotosíntesis regula la calidad del aire y el clima.
Los mares actúan también como sumideros de carbono y reguladores térmicos planetarios, absorbiendo el dióxido de carbono y el calor de la atmósfera y distribuyéndolos por medio de las corrientes oceánicas, desde los trópicos hasta los polos y desde la superficie hasta las profundidades marinas.
Sin embargo, esta riqueza y función esencial están amenazadas por la actividad humana. La explotación excesiva de recursos pesqueros, la contaminación, especialmente por plásticos, y los efectos del cambio climático impactan de forma negativa sobre los océanos. Miles de especies marinas se extinguen cada año por la degradación de sus hábitats y la contaminación, un daño que, aunque algunos gobiernos intentan mitigar, aún no ha sido revertido.
Pese a estas dificultades, el Día Mundial de los Océanos es también un momento para la reflexión y la esperanza. La ONU organiza cada año eventos globales que convocan a diferentes sectores a unir esfuerzos para preservar la salud marina. Este año, bajo el lema “Maravillas oceánicas: sostener lo que nos sustenta”, la comunidad internacional se prepara para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos que se realizará del 9 al 13 de junio en Niza, Francia. Esta reunión busca apoyar la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14,centrado en conservar y usar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos.
El futuro de los océanos está en manos de todos. Cuidar estas vastas aguas significa proteger la vida en el planeta y garantizar un equilibrio ecológico que sostenga a las próximas generaciones. Por eso, en este Día Mundial de los Océanos, la invitación es clara: aumentar la conciencia, la acción colectiva y los recursos para preservar el planeta que conecta y alimenta a toda la humanidad.