En el marco del prestigioso Navalshore de Río de Janeiro, un evento que reúne a los principales referentes de la industria naval mundial, se concretó un acontecimiento que marca un hito en la integración marítima de Sudamérica. La Asociación Bonaerense de la Industria Naval (ABIN) selló un acuerdo de cooperación institucional con sus pares brasileños, abriendo una nueva etapa en la relación bilateral. No se trata de un simple documento, sino del inicio de un proceso que busca transformar la cooperación marítima en un verdadero motor de desarrollo regional.
La ceremonia, cargada de simbolismo, reunió a figuras clave de ambos países: Marcelo Domínguez, presidente de ABIN, Joao Azeredo de ABEEMAR y Ariovaldo Rocha de SINAVAL, acompañados por Sergio Leal, secretario ejecutivo de SINAVAL, y Jesús Rodríguez, vocal de ABIN. Juntos dieron forma a una alianza que combina visión estratégica y compromiso institucional, con la mirada puesta en el fortalecimiento de la industria naval en el Atlántico Sur.

Este acuerdo va más allá de los gestos protocolares, se centra en acciones concretas, integración productiva, intercambio técnico y cooperación en proyectos de innovación. Las partes coinciden en que el desarrollo conjunto de capacidades es fundamental para avanzar en un contexto global donde las potencias marítimas compiten por la influencia y el control de recursos estratégicos. Así, esta alianza no solo tiene un valor económico, sino que también representa un ejercicio de soberanía y proyección regional.
Los ejes del acuerdo abarcan formación, innovación y desarrollo científico-tecnológico. La idea es que la competitividad no se construye solo con infraestructura, sino también con conocimiento y talento. Por ello, se prevé el intercambio de experiencias, la generación de capacidades conjuntas y la participación coordinada en eventos internacionales como Navalshore y el Encuentro Internacional de la Industria Naval (EINAVAL) en 2026, donde Argentina y Brasil buscarán consolidarse como bloque regional frente a actores extrarregionales.
Este trabajo es también el resultado de un proceso que comenzó años atrás, impulsado por los socios fundadores de la cámara bonaerense, y que hoy alcanza un nivel de madurez que permite pensar en metas más ambiciosas. En el plano económico, la alianza promete impactar en la generación de empleo, el desarrollo productivo y la mejora de la competitividad sistémica, integrando cadenas de valor y potenciando capacidades complementarias entre ambos países.
En definitiva, el acuerdo firmado en Río de Janeiro es una declaración de principios sobre el futuro que Argentina y Brasil buscan construir en conjunto. Las aguas del Atlántico Sur no solo unen sus costas, sino que ahora también sirven como escenario para una cooperación que puede redefinir el perfil industrial, tecnológico y geopolítico de la región.