En la fría mañana de este sábado, el buque costero “Trabajamos” tuvo su ceremonia de bautismo y botadura en el astillero Contessi. El acto esquivó el perfil celebratorio de estos casos para reflejar con crudeza la crisis del sector en general y de la firma constructora en particular.
Basta con mencionar que el barco, un característico costero, todavía no tiene dueño. Según se informó, fue erigido para sostener la actividad del astillero (ocupa a unos sesenta obreros) a la espera de un mejor contexto económico.
La embarcación se encontraba terminada desde hace un más de un año, pero se decidió ahora su descenso a las aguas interiores del puerto local con el objetivo de liberar espacios y seguir construyendo otros dos buques de su mismo tipo: el “Trabajamos II” y el “Seguimos Trabajando” que tampoco tienen por ahora armadores interesados en explotarlos.
Se trata de diseños versátiles, aptos para la pesca de arrastre y medida agua. En el caso del “Trabajamos”, la unidad tiene una eslora de 20,8 metros; una manga de 6,6, un puntal moldeado de 3,1, un calado máximo de 2,7 y puede desarrollar una velocidad máxima de 9 nudos.
“Hoy es un día muy especial para todos nosotros. Han pasado diecinueve meses de nuestra última botadura, uno de los períodos más largos y más duros que hemos transcurrido sin hacer este tipo de actos de trabajo (…) La crisis de la flota fresquera ha golpeado fuertemente”, analizó en su discurso Domingo Contessi, director de la firma.
La problemática del astillero
La onda expansiva interrumpió la cadena de pagos y paralizó los proyectos de inversión; pero la incertidumbre adquirió una dimensión aún mayor para la empresa gestada por “Don Federico” en el marco del conflicto que mantiene con el Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata.
El ente administrador de la terminal le reclama una deuda de 3,6 millones de pesos de canon impago, razón por la cual en marzo de este año pidió el desalojo del predio, cuyo permiso de uso, además, está vencido desde 2000.
Por su parte, el astillero reconoció sólo una deuda de 731 mil pesos y argumenta un trato desigual: “Nuestro canon es un 272 por ciento más elevado que el de un astillero colega y un 600 por ciento más que el de un permisionario vecino. Entonces estamos pagando sólo lo que creemos justo mientras presentamos distintos recursos administrativos y judiciales”, señalaron.
Ajeno a esos cálculos, el Consorcio ofreció una quita junto a un plan de pagos en sesenta cuotas con un interés mensual del 1 por ciento, pero fue desacreditado.
“Nos hemos encontrado con algunos actores de reparto que no han comprendido la voluntad explícita del gobernador Scioli en resolver nuestra problemática y por ello no pudimos arribar al anhelado acuerdo”, respondió Contessi desde el palco, intentando salvaguardar la figura del mandatario bonaerense.
Sin embargo, más allá de lo político, lo sustancioso pasa por el futuro inmediato del astillero. Sus cuarenta y cuatro años de historia están en juego. El directorio hubiese preferido dar la batalla por preservarla lejos de la prensa, sobre todo pensando en la imagen proyectada frente a capitales extranjeros interesados en los servicios que presta; pero todo se precipitó incluso antes de esta botadura número 117.
Muchas Gracias a todos los que nos acompañaron en la botadura del TRABAJAMOS!! pic.twitter.com/tczz6xVqxd
— Vito Contessi (@Vitocontessi) September 14, 2013