El Reino Unido se quedará sin la provisión de pescado de Rusia. Anularon un acuerdo de casi setenta años. Los barcos británicos ya no podrán pescar en las aguas del mar de Barents.
Durante el último año las flotas del Reino Unido capturaron más de medio millón de toneladas de bacalao y abadejo (conocido allí como eglefino), en aguas de dominio territorial ruso, lo que representó el 40% de lo que consumen los británicos de manera anual.
La determinación del presidente ruso Vladimir Putin fue dejar sin efecto el convenio firmado en el año 1956 entre la por entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y el Reino Unido, acuerdo que posibilitaba que la flota del reino pescara en aguas rusas del mar de Barents, ubicado al norte de Noruega y de Rusia, en aguas poco profundas con corrientes cálidas y saladas, las cuales provienen del Atlántico con masas de agua fría.
El fin del acuerdo ya fue aprobado por la cámara baja del Parlamento ruso en el mes de febrero y por el Consejo de la Federación (cámara alta) a principios del presente mes.
Hasta hace unos días, de acuerdo a lo ya firmado, Rusia (a través de pactos preexistentes), le posibilitaba a la flota británica pescar en aguas territoriales en la costa de la península de Kola (al norte de Rusia) y en derredor de la isla Kolguyev (en el sector sur del mar de Barents), en un acuerdo que era considerado por los rusos como algo unilateral y que no le reportaba ningún tipo de beneficio.
Oficialmente señalaron desde el Kremlin que “para Moscú la decisión de dejar sin efecto el acuerdo, no causará graves consecuencias económicas ni de política exterior”.
La Cámara Baja rusa, informó que la flota británica capturó 566.784 toneladas de bacalao y eglefino (abadejo) en aguas rusas del mar de Barents durante 2023, algo que ocurría mientras que el Reino Unido endurecía las sanciones contra Rusia por otros conceptos, de acuerdo a datos oficiales.
En un duro comunicado, Rusia denunció que “los británicos ‘sin escrúpulos’ llevan casi 70 años comiendo pescado ruso y junto a ello imponen casi 2 mil sanciones, comportándose de forma extraña, inamistosa y agresiva con Rusia. Tras la denuncia de este acuerdo, nuestros pescadores podrán capturar más peces en nuestro mar de Barents y este será más accesible para nuestros ciudadanos”, señaló el presidente de la Duma Estatal (Cámara Baja), Viacheslav Volodin.
De este modo se terminaría uno de los platos favoritos de los británicos (al menos con pescado ruso) como el denominado “Fish and Chips” (una fritura de pescado con papas), como represalia a las sanciones impuestas por Londres por la sostenida guerra entre Rusia y Ucrania.
Los analistas internacionales remarcan que la determinación del gobierno de Putin no es casual ni está descontextualizada, ya que la misma llega en un momento en que el Reino Unido está aplicando activamente métodos considerados discriminatorios en el comercio con Moscú.
No sólo son sanciones comerciales y económicas las razones, sino que el gobierno de Rishi Sunak le impuso un arancel adicional del 35% a las importaciones de ciertos bienes rusos, incluyendo el cobre y el vodka, con el objetivo de “infligir el máximo daño a la economía rusa y minimizar al mismo tiempo las consecuencias negativas para el Reino Unido”.