En el marco de una transición administrativa que refleja los desafíos y necesidades de la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, se ha producido un relevo en su conducción. La situación previa a esta reconfiguración evidenciaba un escenario de gestión que, por diversos factores, demandaba una reorientación estratégica alineada con los objetivos de eficiencia y transparencia institucional.
En este contexto, el Subsecretario Pesca y Recursos Acuáticos, Juan Antonio López Cazorla, solicitó la renuncia de Alejandro Bonicatto el pasado lunes. En un lapso menor a 24 horas, se designó a su reemplazante, el abogado Arturo Idoyaga Molina, quien ahora asume la dirección nacional del organismo.
El detonante del cambio, -según fuentes de la propia dirección- se habría producido » como consecuencia de la falta de control y fiscalización en los muelles, lugar donde se ha visto vulnerada la Ley a diario, desde cajas con langostino por encima de 20kg en Rawson, hasta volúmenes obscenos en los desembarques en muelles de Mar del Plata, donde la pesca de langostino se tornó objetivo y no incidental, con aparejos de pesca con mallero de 50mm y no 120mm, como lo requiere la merluza objetivo, además de otras especies de mayor valor… Hubo barcos de 1800 cajones de langostino y 900 de abadejo «. Elevado, para ser incidental.
Asimismo, » es llamativo para la propia auditoría interna que haya partes de pesca acomodados, de manera que se especula, que alguien de la actividad podría haber oficiado en connivencia con varios armadores del sector «, según la misma fuente.
Todo en el marco de una gran desprolijidad en detrimento de la sostenibilidad del caladero.
Bonicatto, quien ya había protagonizado varios desencuentros con López Cazorla, resistió la solicitud de apartarse de su cargo hace poco más de tres meses, cuando, en el transcurso de una acalorada discusión un viernes por la tarde, se produjo el primer choque debido a discrepancias en la gestión. Aunque aquella tensión inicial pareció disiparse, la relación quedó fracturada, aguardando tanto un sucesor como el momento oportuno para efectuar el relevo.
Finalmente, este lunes, en una última conversación, fue el propio Cazorla quien le comunicó su desplazamiento. Se ha confirmado que Alejandro Bonicatto ha sido reasignado al área de acuicultura, siendo Director Nacional de Acuicultura, un puesto que permanecía vacante desde la gestión anterior bajo la dirección del Lic. Guillermo Abdala Bertiche, cuya impronta ha sido determinante en el desarrollo del cultivo pesquero continental argentino.
Por su parte, el nuevo Director Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, Idoyaga Molina es un profesional con una sólida trayectoria en el ámbito jurídico y administrativo. Egresado de la Universidad de Buenos Aires, cuenta con una especialización en Derecho Administrativo Económico de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Su experiencia en la función pública ha estado marcada por el ejercicio de cargos de relevancia, como Director Nacional de Turismo Social en el Ministerio de Turismo de la Nación y Director Nacional de Concesiones de Obra en la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante. En esta última función, desempeñó un papel clave en la supervisión de la concesión para el dragado y balizamiento de la Vía Troncal Navegable Paraguay-Paraná.
Además, su expertise se extiende al asesoramiento jurídico en materia de contratación pública, iniciativas privadas para el desarrollo de infraestructura, asociaciones público-privadas, concesiones de obras y servicios, regulaciones económicas sectoriales y el régimen portuario, entre otras áreas del Derecho Administrativo.
El cambio en la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera representa una nueva etapa en la que se espera optimizar los mecanismos de control y supervisión del sector, fortaleciendo las capacidades institucionales en pos de una gestión más eficiente y acorde a las demandas del presente.