Un marco atípico, sin el calor de los invitados, las autoridades y el público; pero con la energía y adrenalina de cualquier otra botadura. Así, el astillero Contessi puso en el agua al congelador “Federico C” en la tarde-noche de este jueves.
Las circunstancias que trajo aparejada el coronavirus, más el porte del buque le dieron forma a una ceremonia íntima, con personal de la firma, obreros navales y unos pocos testigos que desafiaron las intermitentes lluvias.
Ocurre que el buque mide 39,9 metros de eslora y 10 metros de manga. Según pudo saber Pescare.com.ar, ese tamaño requiere una condición de marea extraordinaria, como la de hoy, para garantizar una profundidad segura.
De hecho, los presentes celebraron que las maniobras pudieran completarse sin ninguna dificultad. Con la emoción lógica de ver al barco ya navegando, hubo abrazos y hasta saltos de alegría.
Un hito para el astillero
El “Federico C” es el pesquero más grande que hasta aquí emergió de Contessi. En el historial de la empresa está incluso por encima del fresquero de altura “Centauro 2.000”, botado en 1995, con 32,2 metros de eslora.
La unidad reemplazará al “Miss Patagonia”, que está cumpliendo 30 años de servicios en la estructura productiva del propio Grupo Veraz. La apuesta de Contessi también es una demostración de su capacidad productiva.
“Al margen de que tenemos limitaciones de espacio, este no es el barco más grande que podríamos construir. El tema es que hasta ahora no hemos tenido demanda de barcos más grandes. Siempre ese tipo de buques se han importado usados”, había definido el presidente, Domingo Contessi.
Debido precisamente a su dimensión, el “Federico C” transitó su etapa final de obra en el varadero y principalmente en manos de diversos subcontratistas. Ahora, el proceso seguirá en el agua, ya que aún no está del todo finalizado.