En el soleado mediodía de este jueves, Contessi llevó adelante la primera de las cinco botaduras que tiene proyectadas para este año. El clásico estallido de la botella de champagne sobre el casco del “Luca Santino” inauguró esta nueva etapa.
El buque, un prototipo 27 AC/CV de 26,9 metros de eslora y 7,80 de manga, es un fresquero de doble cubierta que el astillero construyó para la firma Cabo Vírgenes. La embarcación operará sobre langostino desde Puerto Madryn, aunque también está diseñada para ejercer pesca de media agua.
Una de sus características salientes es la incorporación de una fábrica de hielo líquido a bordo que le permitirá reemplazar al hielo en escamas. El equipamiento instalado es capaz de producir 20 toneladas diarias aproximadamente.
“Se ha resignado volumen en bodega e incorporado tecnología nunca antes aplicada en la industria pesquera”, subrayaron desde la firma armadora, cuyos representante, Eduardo del Río, argumentó que se busca apuntalar la calidad del producto.
“Hasta ahora, en todos los casos que se pusieron plantas de hielo líquido a bordo eran de dimensiones muy pequeñas y solo servían para enfriar un porcentaje acotado de las capturas. Acá han jugado a fondo”, le explicó el directivo, Domingo Contessi, a Pescare.com.ar.
Para el astillero representó un desafío, salir de la zona de confort: «Concretarlo fue mucho más complejo de lo que esperábamos. Nos decían que no iba a funcionar, que estábamos locos, pero si queremos modernizar la flota no sólo necesitamos barcos nuevos, sino también animarnos a nuevos conceptos», agregó Contessi.
Por otra parte, como ya ha sido probado en otras construcciones, la doble cubierta permite que la clasificación se lleve adelante bajo techo. En este tipo de estructuras, la captura se descarga desde una rampa de popa al pozo y desde allí se desplaza con cintas transportadoras por la planta.
La modalidad de trabajo tiene un doble beneficio: que el pescado reciba un mejor tratamiento y, al mismo tiempo, que la tripulación gane en seguridad. En cuanto a propulsión, el buque cuenta con un motor principal y dos auxiliares: uno a babor y otro a estribor.
Circulo virtuoso
Durante su discurso, Contessi destacó el presente que atraviesa el astillero y la industria naval en general; aunque se mostró cauteloso ante el esquema que fijarán las autoridades para la importación de buques usados, circunstancia que el constructor ve como una sombra.
«Nuestra industria está comenzando a transitar un circulo virtuoso de producción, desarrollo y empleo. Hoy cumplimos un hito importante con esta botadura, pero además en nuestros galpones hay otros cuatro buques en construcción simultánea y afuera estamos ampliando nuestras instalaciones», señaló.
En ese sentido, reconoció que el escenario está motorizado por el presente del langostino y las medidas que buscan impulsar la renovación de flota: «Para que eso se extienda en el tiempo y se replique en todos los astilleros de la Argentina es necesario una política de incentivos y crediticia adecuada», exhortó.
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Nuevo desafío
En otro orden, se encargó de anunciar que la propia Cabo Vírgenes ordenó recientemente la construcción de un buque costero de 21 metros de eslora que se llamará «Espartano». También exhibirá doble cubierta y tendrá proa-bulbo, una novedad para barcos de ese tamaño.