A pesar de las complejidades que impuso la aparición del coronavirus a lo largo del año, la industria naval de Mar del Plata encontró espacios y formas que le permitieron sostener un ritmo de trabajo próximo a la normalidad.
En el caso particular del astillero Contessi, los protocolos sanitarios habilitaron desde abril la continuidad productiva, que ya habían tenido inicio en enero, cuando la pandemia se insinuaba en el país.
2020 empezó con la botadura del “Espartano”, un buque fresquero de doble cubierta. Luego, en julio, fue el turno del imponente “Federico C”, un tangonero congelador de casi 40 metros de eslora que construyó para Veraz, integrante del mismo grupo empresario.
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Superado ese desafío y mientras estrena las remodelaciones del espacio industrial, el astillero prepara la botadura del “Siempre María Elena”, un costero 20,9 de metros de eslora y 7 metros de manga, que operará desde Rawson bajo el comando de Aquellos Tres S.A.
La ceremonia de bautismo y botadura fue programada para el 7 de noviembre, a las 11. Por las restricciones que impone la pandemia, será sin público. Se transmitirá en vivo por las redes sociales del astillero: tanto Youtube como Instagram.
El armador responsable es Gustavo González, reconocido por su actividad sobre el langostino desde la provincia de Chubut. La nueva unidad reemplazará al “Valeria Alejandra” y a otra embarcación de menor porte.
“El ´Siempre María Elena´ responde al prototipo 40 AC, que es una evolución del 19 AC, un clásico del que ya hemos hecho quince o dieciséis unidades ”, evocó Domingo Contessi, presidente del astillero, ante la consulta de Pescare.com.ar.
Luego, agregó: “El contrato lo habíamos firmado en enero; pero recién colocamos la quilla en abril, cuando pudimos retomar parte de nuestro trabajo; es decir, fue un barco construido íntegramente durante la cuarentena”.
Se trata de la obra número 137 en la cuenta particular de la factoría, que además tiene otras cuatro en ejecución.
Proyección de trabajo
“Afortunadamente tenemos mucho trabajo, apostamos a renovar la flota. Con excepción del Siempre María Elena, el resto de los barcos son de doble cubierta, proas invertidas. Nos pone contentos que se esté dando un salto en la fisonomía y tecnología de la flota”, detalló Contessi.
Aunque se mostró preocupado por la coyuntura, el empresario anticipó que espera dos años de intensa tarea, que será apoyada con nueva infraestructura edilicia (vestuarios, comedores, etcétera) y contratación de más personal; entre los que habrá nuevos ingenieros para el departamento técnico.