La diputada de la provincia de Buenos Aires Natalia Sánchez Jauregui realizó la presentación “con fines turísticos y de preservación de la fauna” para las costas marítimas de la provincia bonaerense, para que se reglamente el transporte náutico de personas para el avistaje de cetáceos, sobre todo para proteger a la ballena Franca Austral cuando está en tránsito hacia las aguas del sur del país, donde procrea y tiene cría.
En uno de los tramos del proyecto de la diputada Sánchez Jauregui remarca que “desde hace unos años a la fecha, se ha hecho regular la aparición de ballenas y su permanencia en las costas de nuestra provincia, particularmente en la zona comprendida entre Mar del Plata y Necochea”.
Al respecto, la legisladora señaló que “es la ballena Franca Austral en tránsito hacia el sur, donde tiene cría y procrea. Los ejemplares de esta especie, han despertado el interés de todos los residentes, constituyendo una verdadera atracción natural para los turistas que visitan estas costas. Por ejemplo en Chubut el avistaje se hace en forma ordenada, evitando entorpecer su normal hábitat”.
“Cada vez aparecen con más frecuencias este tipo de mamíferos en nuestras costas y es una forma de que los sectores turísticos puedan acompañar, de forma responsable, el paso de las ballenas por el mar provincial y también ser un nuevo atractivo para quienes visitan nuestras playas”, concluyó la diputada, sin tener en cuenta quizá que la intensa actividad pesquera, con entradas y salidas de buques, no haría tan sencillo este avistaje a bordo de alguna embarcación destinada a tal efecto.
El proyecto contempla que “toda actividad de acercamiento y seguimiento a ejemplares de la especie Ballena Franca Austral (Eubalaena australis), así como la navegación, natación y buceo con la misma en el mar de jurisdicción provincial, durante todo el año calendario, deberá realizarse con la correspondiente autorización; que se extenderá a través de la Autoridad de Aplicación, de acuerdo a los fines y con las limitaciones de la presente Ley».
“Se faculta a la Autoridad de Aplicación a otorgar los permisos para la prestación del servicio de transporte náutico de personas para el avistaje de ballenas, mediante llamado a concurso público, por un plazo no menor a cinco (5) años, y fijando el canon que deberá abonarse por parte de los prestadores del servicio, bajo las condiciones y procedimientos que se establezcan por vía reglamentaria”, señala el hasta ahora proyecto de Ley.
Este año, ya en el mes de mayo, aparecieron frente a las costas marplatenses los dos primeros avistajes, lo que ya es una habitualidad durante los meses de agosto y septiembre –aunque algunos días de octubre también- en el tránsito que realizan las ballenas hacia aguas patagónicas, algo que con el correr de los años fue aumentando en cantidad tanto en avistamientos, como la permanencia de cetáceos en la costa de Mar del Plata.
Hay que destacar, que las ballenas, de paso por aguas cercanas a la provincia de Buenos Aires con destino aguas de la provincia de Chubut, es un movimiento que fue detectado por los primeros pescadores en 1930, ahora tiene mayor difusión a través de redes por propios participantes de la recreación desde puertos náuticos o de lanchas de uso pesquero deportivo.
Es evidente que la provincia de Buenos Aires, fundamentalmente Mar del Plata no ha desarrollado la capacitación adecuada en los cuadros de gestión de la provincia, no es la primera vez, -y con solo recordar las gestiones de quienes representan y representaron a la pesca de la provincia en el CFP es suficiente- se corren desde atrás medidas, que de ser realmente importantes, se llega tarde, muy tarde como hábito, como costumbre y como siempre.
Los especialistas señalan que si bien las ballenas son animales salvajes, que con un movimiento, que puede parecer imperceptible, para una persona que está navegando puede ser peligroso. No son animales agresivos pero ante la presencia de una embarcación podrían generar un inconveniente debido a su gran volumen.
Desde la Mesa Interinstitucional de Ballena Franca Austral y desde los grupos que trabajan con la especie, sugieren siempre la observación desde la costa.
Desde la Mesa lo que fomentan es no acercarse a los animales desde una embarcación, aunque reconocen que cuando hay gente que hace SUP (Stand Up Paddle), las ballenas salen a la superficie.