El reciente encuentro de la Comisión de Seguimiento y Análisis de la Pesquería de Langostino en el marco del Consejo Federal Pesquero reavivó la discusión en torno al manejo de la especie estrella del caladero.
Entre otras cuestiones, desde la Provincia de Chubut insisten con poner el foco sobre el trabajo que ejerce la flota fresquera de Mar del Plata en aguas de jurisdicción nacional.
Concretamente, buscan limitar la operatoria de esos buques en nombre de la “calidad del recurso”. Así, vienen proponiendo para este estrato medidas tales como recortar las horas de navegación y achicar la capacidad de bodega medida en cajones.
La visión del sector patagónico contrasta con la manifestada por las autoridades de la Provincia de Buenos Aires. El representante bonaerense ante el Consejo, Francisco Di Leva, propone ampliar los márgenes del debate.
“No podemos tener una visión sesgada y responsabilizar a una determinada flota por la calidad de cierto langostino elaborado. Se debe analizar toda la cadena productiva”, expuso el funcionario en diálogo con Pescare.com.ar.
Di Leva recordó que los barcos sólo integran el primer eslabón del circuito productivo y que a partir de la descarga en adelante intervienen diferentes actores y procesos.
“Indudablemente, hay plantas de elaboración en distintos puertos del país que trabajan el producto de manera profesional y son idóneas para el manejo del negocio, y otras que no”, dijo.
Formas de trabajo
Según considera Di Leva, el análisis debe incluir entonces el tipo de embarcación, y cómo se manipula el producto a bordo, el uso del hielo y el metabisulfito, entre otros factores.
“En particular, hoy la flota marplatense opera con bodega refrigerada y no trae el pescado en la cubierta como pasa con otro estrato de flota (…) Es saludable analizar el tema con una mirada amplia. La calidad y agregar valor a los productos debe ser el objetivo central de todos”, sentenció.
El funcionario entiende que una política de manejo debe exceder el criterio de aplicar restricciones a la pesca. Esto supone fijar incentivos y dar un horizonte claro para dinamizar la actividad.
Por otro lado, recordó las dificultades económicas que atraviesa la merluza, razón por lo cual algunos barcos locales migraron hacia el sur en busca del langostino. La decisión reivindica la histórica movilidad entre puertos.
“Es un acto de supervivencia para los armadores. Participando de esta pesquería hoy pueden mantener a flote sus empresas y los puestos de trabajo, haciendo frente a sus compromisos”, analizó.
Por último, concluyó: “Es natural que haya una puja de intereses, pero confío en que todos los actores, con una dosis de honestidad y apertura, podremos consensuar las mejores decisiones”.
Di Leva pide una mirada amplia para discutir el manejo del langostino
Por Pescare3 Minutos
El representante bonaerense señaló que el debate sobre la calidad del recurso elaborado no puede centrarse en un estrato de flota.