En el mediod铆a del 6 de mayo pasado, el Sal贸n Arturo Illia del Palacio Legislativo volvi贸 a ser escenario de una batalla que ya acumula m谩s de un naufragio. Las comisiones de Agricultura, Ganader铆a y Pesca; Ambiente; y Justicia del Senado reabrieron el expediente S-775/24, impulsado por la senadora Edith Terenzi pero concebido a帽os atr谩s por el entonces diputado 鈥攜 hoy vicegobernador chubutense鈥 Gustavo Menna, para crear el Sistema Argentino de Trazabilidad de la Pesca y la Acuicultura (SATPA).
Menna vende el proyecto como respuesta a una 鈥渃onciencia ambiental creciente鈥 y a consumidores dispuestos a pagar un plus por la ruta transparente del filete que llega a sus platos. El relato seduce: cada kilo de merluza o langostino etiquetado con geolocalizaci贸n, arte de pesca y nombre de la empresa y barco que lo captura. El problema es que esa postal n贸rdica ya existe en versi贸n operativa: se llama SiFIPA, funciona desde 2022 y hasta acaba de digitalizar las actas de descarga para que los inspectores carguen datos en tiempo real desde el muelle.
Resulta especialmente preocupante que esta iniciativa sea promovida desde sectores que, amparados en la ret贸rica de lo 鈥渢razable鈥 y lo 鈥減rotegido鈥 bajo el paraguas ambiental, intentan extender su injerencia desde una provincia sobre jurisdicciones nacionales. A trav茅s de figuras como biodiversidad, 脕reas Marinas Protegidas y otras herramientas de gesti贸n ambiental, se busca incidir de manera creciente sobre la actividad pesquera de escala nacional 鈥攑articularmente aquella de base marplatense鈥 que opera m谩s all谩 de las aguas provinciales. El riesgo de este enfoque es evidente: la proliferaci贸n de normativas con bajo sustento operativo y escasa articulaci贸n interjurisdiccional puede derivar en un entramado regulatorio que no fortalece la trazabilidad, sino que entorpece la operatoria leg铆tima m谩s all谩 de la milla 12, afectando directamente la competitividad y la previsibilidad del sector. Para muestra, solo hace falta un bot贸n: mire lo que sucedi贸 en materia pesquera cuando intereses for谩neos al sector y de sesgo medioambientalista y proteccionista incidieron en la pol铆tica pesquera espa帽ola. No se puede pescar sin antes pasar por Bruselas, proliferando as铆 un marco propicio para que la ya ociosa flota viguesa tome como 煤nica alternativa la pesca en FAO-41, aguas aleda帽as a la ZEEA y a Malvinas.
El texto que hoy vuelve a discutirse, y esta semana podr铆a subir a tratamiento en la C谩mara de Diputados del Congreso de la Naci贸n, repite un pecado original: superpone competencias, multiplica formularios y fragmenta la autoridad entre SENASA, provincias y un nuevo sat茅lite burocr谩tico, adem谩s de empoderar a ONG de profunda ra铆z conservacionista, proteccionista y medioambientalista en el control de una actividad primaria y extractiva.
El sector lo ve como un d茅j脿 vu de 2024, pero ocupado por luchas intestinas de car谩cter competitivo y laboral con el SOMU, no deja ver una pelea de fondo que puede ser el inicio de un knock out lamentable, evitable y posterior, cuando el mismo proyecto encall贸 dos veces por falta de qu贸rum. No fue un accidente: gremios, frigor铆ficos, armadores y c谩maras representativas de todos los segmentos del universo laboral advirtieron que el SATPA replicaba 鈥攃on mayor rigidez y costo鈥 controles que el SiFIPA ya realiza sin drama tecnol贸gico ni administrativo, aunque con algunas falencias de control operativo, que hoy se intentan corregir y que han generado fugas como consecuencia de una actividad que lleg贸 a un quebranto de importancia.
La prensa especializada lo puso en t茅rminos descarnados: 鈥渆mbates disfrazados鈥 que prometen transparencia pero encarecen cada maniobra encubierta y cada tr谩mite en tierra, justo cuando la pesca opera con m谩rgenes 鈥渁pretados hasta el hueso鈥 tras subas impositivas y derechos de extracci贸n 鈥渁 la estrat贸sfera鈥, adem谩s de mercados internacionales que retrajeron precios, consolidando un marcado quebranto desde lo operativo.
Desde la platea pol铆tica, el marplatense Maximiliano Abad teme que otro cors茅 regulatorio sea la estocada final para un complejo exportador que ya perdi贸 rentabilidad por aranceles externos y gasoil en d贸lares. 鈥淟a pesca no tiene un problema de rentabilidad, sino de supervivencia鈥, record贸 la semana pasada en el Senado.
En la vereda opuesta, organizaciones no gubernamentales de origen proteccionista y medioambientalista 鈥攃uyo objetivo es sumarse a la posibilidad de acercarse a una caja de jugosos intereses鈥 subrayan que la trazabilidad no es un lujo caprichoso, sino un salvoconducto contra la pesca ilegal y los abusos laborales en alta mar. El dilema no es el 鈥渜u茅鈥; es el 鈥渃贸mo鈥 y, sobre todo, el 鈥渜ui茅n鈥: 驴har谩 falta un Leviat谩n normativo para auditar lo que ya se rastrea electr贸nicamente? 驴O simplemente ser谩 una nueva posibilidad de acceder, a trav茅s del control y la fiscalizaci贸n, a otros intereses ocultos?
Detr谩s del discurso verde late una puja federal m谩s terrenal. Chubut, propietaria pol铆tica del proyecto, aspira a proyectar su peso sobre aguas nacionales y cadenas log铆sticas ajenas. No sorprende que la resistencia crezca en Mar del Plata, donde la concentraci贸n de flota y plantas procesadoras temen que la trazabilidad se convierta en ariete fiscal, aduanero, ambiental y sanitario antes que en pasaporte comercial.
La votaci贸n de esta semana entrante no dirimir谩 el fondo de la cuesti贸n 鈥攏adie decente discute la trazabilidad鈥, pero s铆 definir谩 si Argentina elige perfeccionar un sistema vivo, operativo y que demostr贸 capacidad y oferta para satisfacer la trazabilidad deseada, o levantar un palacio normativo nuevo sobre cimientos frescos, con fuerte participaci贸n de organismos for谩neos a pesca y cercanos al ambientalismo. La industria no reclama impunidad: exige reglas que no la ahoguen mientras compite con subsidios asi谩ticos y demandas europeas.
Si el Senado ignora esa realidad mar铆tima, pesquera, productiva, procesadora e industrial, y sucumbe a la tentaci贸n de legislar por redundancia, habr谩 confundido transparencia con papel carb贸nico. Y los peces, esos que no entienden de decretos ni de narrativas 茅picas, seguir谩n esquivando redes id茅nticas鈥 pero cada vez m谩s caras.
Y, como siempre, esta es solo una mirada entre muchas posibles. Tal vez no coincida con la suya, estimado lector, y esa es precisamente la riqueza del pensamiento libre: usted est谩 a un solo clic de encontrar argumentos m谩s afines a su sensibilidad o convicciones. Pero ser铆a ingenuo suponer que el mundo se ordena seg煤n cuatro puntos cardinales o que el arco iris se agota en solo siete colores. La complejidad del presente exige algo m谩s que certezas c贸modas; requiere conciencia cr铆tica y disposici贸n a ver m谩s all谩 de lo evidente. Lo aqu铆 planteado queda, entonces, expuesto al juicio del lector atento, con la humilde sugerencia de no subestimar lo que ocurre 鈥攏i dilatar la comprensi贸n de su alcance.
Buen domingo para todos.
Por DMC.









