La industria pesquera local conserva un espacio donde rastrear sus raíces, no sólo a través de los hombres y mujeres que la forjaron, sino también con una mirada hacia el entorno que la contiene desde principios del siglo XX, cuando comenzó a tomar forma.
El Museo del Hombre del Puerto “Cleto Ciocchini” atesora buena parte de esa historia. Objetos, herramientas, archivos de voces, material fílmico y cuadros son algunas de las vías que emplea para trazar un vínculo con el origen de la actividad.
La institución acumula 30 años de existencia. Hoy funciona en el local 8 del Centro Comercial, un paseo que suele estar animado por la gastronomía y el turismo; sin embargo, hoy está cargado de soledad por efecto del Covid-19 y el aislamiento social.
El marco obligó al museo a cerrar de forma transitoria sus puertas y a cancelar todas las actividades sociales que lo sustentan económicamente: desde las cenas organizadas por la Comisión de Amigos del Museo hasta las visitas guiadas con los alumnos de diversas escuelas.
Los recursos disponibles apenas cubren los servicios. Si bien recibe el apoyo de instituciones y empresas, el peso de sostener la estructura recae en su director, Héctor Becerini. Con 80 años y algunos problemas de salud permanece allí, haciendo frente quizá a la peor de las crisis atravesadas.
“La situación se ha puesto realmente difícil. Por ahora, el museo sólo sigue abierto para comunicarse con la gente y, además, buscando propuestas para ver si nos pueden ayudar para no tener que cerrar las puertas”, definió ante Pescare.com.ar.
Becerini, además, vive en el lugar. Cada noche encuentra el descanso rodeado por figuras de pescadores emparentados la inmigración italiana, antiguas radios y giradiscos, canastas de mimbres, butacas de cine, máquinas de coser, la silueta de un buzo y cientos de voces.
“Soy parte de un museo que está al servicio de la sociedad y sin fines de lucro. Acá conservamos la vida del hombre que dedicó sus esfuerzos a la actividad marinera para estudio, educación y recreo (…) Si tomamos conciencia de lo que tenemos y lo defendemos, nos va a ir mejor”, reafirma.
Los que estén interesados en prestar ayuda pueden comunicarse con la Comisión de Amigos del Museo, que tiene su espacio en la red social Facebook: